Y allí estas…
atrapada por tus rejas,
recalada por la tristeza,
plegada a tus sueños
ilusa de mentiras,
con que certera imagen
te ves vencida
entre cuatro paredes
cofín de espinas,
engrandecida de espíritu,
empequeñecida de voluntad,
arrebatándole a la vida
palabras para disculpar,
de lo que has hecho
de tus sueños,
y de lo que al mundo
no has querido mostrar,
y allí estas…
envilecida,
continuando el tiempo
entre rejas perdidas,
fatua de conversaciones,
convertida entre rosas
calabaza sin sabores
de la gente presumida,
y allí estas…
esperando del cielo
la respuesta prohibida.
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