E cometido muchos errores durante mi vida, muchos de ellos imperdonables, y algunos de ellos sin mucha relevancia.
Me tomo la molestia de escribir una carta por el simple echo de continuar con el dramatismo del asunto; Y dar fin de una manera más elegante y madura a el causante de muchos dolores de cabeza, y la razón por la que el día de hoy domingo 14 de julio del año en curso, dimito de la mejor amistad que tuve durante el 2018, pero que lamentablemente hoy se convierte en un grano de arena que se lleva el viento voraz de mis recuerdos; una perdida que dejara huella en el basto bosque de mis memorias, pero que con la presente carta se le dará desenlace de la manera más adulta que jamás se halla echo, sin mas aclaraciones doy paso a los hechos que desencadenaron la más alegre, rara, alucinante y divertida amistad que tuve, pero que ahora solo es una película a blanco y negro que quedara enterrada bajo toneladas de polvo y telarañas en el fondo del ataúd de los recuerdos.
Hechos.
Me sentía extraño e incomprendido, con personas a mi alrededor, aunque ninguna de ellas relevante para mí. Iniciaba un nuevo año escolar, con todas las ganas de progresar, pero con la constante sensación de estar desperdiciando mi vida. Observe a quien en ese momento resaltaba por su reservado silencio, y mirada indecisa. Desde ese momento supe que había algo diferente en él, tal vez tenía eso que nadie mas poseía, no era un imbécil más de la clase.
Pasaron muchas cosas desde aquel día, tantas que comencé a confiar en él, algo que jamás hago, ya que soy una persona reservada a la que usual mente no le importa la gente por ende no confía en ellas, pero en él había algo diferente, tal vez era el primer paso hacia el cambio.
No tenia ni idea de lo que se avecinaba.
La época del estrés, la confusión y el dolor a llegado. Luego de un momento de calor y excitación producto de la ingesta en altas dosis de alucinógenos, mis labios chocaron contra los de el, dando paso a el primero de mis errores en esta tortuosa etapa; dar paso a la indecisión y a la confusión.
Luego de esto, va y benes llegaron, momentos llenos de incomodidad e impotencia. Sombras llenas de dudas que nublaban mi razonamiento, sombras que me llevaron a cometer el error mas imperdonable que pude haber cometido; Dar paso a la habladuría en un momento de poco razonamiento, influenciado por el alcohol escribí el mensaje que jamás debió ser escrito. Un mensaje en el que confesaba falsos sentimientos frutos de una apuesta. Me arrepiento hasta hoy día por haber escrito aquello, nunca lo dije, y aunque me duela quiero ser totalmente sincero en este escrito, ya que es y va a ser el último comunicado en el que me dirija a él.
Frustración y decepción, eso fue lo que sentí días después de lo ocurrido. Todo dentro de mí me decía que tenia que acabar con esto ya, pero como ya era costumbre en aquel entonces no hice caso a mis instintos, y decidí seguir a la inseguridad. Lo que no sabia era que esa inseguridad se convertiría en seguridad mas adelante, aunque no el tipo de seguridad que esperaba; mas bien fue la seguridad de estar arruinando todo lo que tenía.
Borrón y cuenta nueva, pensé yo. Que equivocado estaba, creer que todo volvería a ser como antes, después de haber jugado con sus sentimientos y perder mi credibilidad. Pues sí, así se hizo, tratamos de continuar la amista, una amistad que ya estaba manchada por la deshonestidad, y la traición. Así se hizo hasta aquel fatídico día.
Mi tercer gran error, el día en el que todo se desplomo, el día en el que él y yo, llevados por el ansia y la emoción, decidimos consumar un momento de confusión con excitación y placer. Pero lo que vino después de eso, no fue plenitud ni certeza, si no que mas bien me vi envuelto nuevamente en esas sombras de inseguridades. Dolor y decepción, pensamientos que rondaban mi cabeza una y otra vez, dos sensaciones que me dejaron darme cuenta de que el daño estaba echo, y que nada iba a dejar que esa herida cicatrizara por completo.
Días de desespere llegaron, mi mente no sabia como lidiar con una situación que me estaba carcomiendo desde adentro, la única salida que encontré fue apartarme del núcleo del problema: mis inseguridades.
Despedirme de él, algo que jamás creí hacer, pero que necesitaba con premura. Un dolor que no puedo explicar, ya que nunca antes me había afligido como aquel luctuoso día.
Así culminan lo que yo considero fue la historia que nos llevo a este funesto día, mi intención en ningún momento va a ser la de justificar mis errores, esto simplemente es una cortesía de mi parte, que considero necesaria ya que quiero que la otra parte implicada lea un relato escrito desde lo más sincero de mí, lamento que todo halla terminado así, se que no es el resultado que el esperaba, yo tampoco esperaba esto, pero todas nuestras acciones conllevan una consecuencia; Y esta es la consecuencia de mi inseguridad. Por último, para culminar con este triste relato, quiero contar el ultimo acontecimiento sucedido hasta hoy día, el ultimo de todos los acontecimientos.
Volver a hablarle, una idea que rondaba en mi cabeza desde ya hace tiempo, y no fue hasta encontrarme en una dolorosa y penosa situación, que pude tragarme mi orgullo y volver a revivir tantos recuerdos. Mi intención siempre fue la de volver a construir lo que teníamos antes, antes de que existiera esa sensación de deseo y atracción. No contaba con que esa atracción estaba presente desde el inicio de todo.
Intriga, deseo, curiosidad, angustia y por supuesto Inseguridad, cosas que no sentía ya hace bastante tiempo, pero que también revivieron en ese momento. El momento en el que lo tenía de frente, diciéndome lo que quería, así no fuera con palabras, pero en su mirada se veía ese deseo por volver a besar mis labios. Des afortunadamente para el, esas sombras que nublaban mi juicio antes, no volvieron a perturbar mi razonamiento, y por eso es que decidí no volver a cometer el error que ya había cometido antes; no recaer en un circulo con una tendencia marcada, una historia que se seguiría repitiendo una y otra vez, de no ser que se tomaran acciones que dieran fin a ese callejón sin salida que había construido ladrillo a ladrillo.
Y así es como doy fin a un escrito que no pensaba hacer, y también, así es como culmina una amistada que jamás voy a olvidar.
Por último, quisiera decir que los rencores no deberían existir, y que como personas razonables que somos no deberíamos caer en el error de emplear los malos hábitos como el ultraje y la calumnia, por mi parte no lo haré.
No encuentro las palabras para culminar una acción que conllevará consecuencias irreversibles. Por eso me gustaría concluir con un gracias, ya que considero que es lo más sensato que puedo decir después de un año inexplicable.
Gracias.
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