Nada se crea ni se destruye todo se transforma, el universo no desecha conocimiento, la existencia es en esencia: información. La materia no se crea ni se destruye solo degenera, la energía no se crea ni se destruye se conserva.

Al final los pálidos recuerdos de una vida y diligencias sin hacer, propósitos jamás llegados a buen termino, nunca se olvidan, prestándose para siempre en el corazón que les encierra.

El reino animal o la comunidad animal, es un estado de la materia. Pero dicho en ella ¿Qué ha de ser la consciencia? Ni el materialismo mas ortodoxo, ni el mecanicismo mas clásico han develado el misterio.

Un antiguo texto alquímico responde acerca de la sabiduría que guarda la misma naturaleza, sabia y sagrada, templo profanado por los hombres:

La mente humana es un foco entre la noche mas oscura, su cuerpo se disuelve en el vacío. Lo primero en apagarse es el foco. Pero quien puede decirnos que dicho foco no pueda encender en otro lugar, como una llama que vibrando muy bajo, volvió del ensueño a una realidad alterna.

Las partículas mas elementales pueden estar en todas partes de este mundo sin Dios, teniendo como él, su infinito plano donde las pequeñas rebeldes hacen lo que les plazca.

Mi consciencia es un cetro superior a mi cuerpo, las cumbres de las cumbres, que se abre de portal a otros mundos, el motor de la imaginación se le rompió un engranaje y ahora gira y gira para perderse rotando y desprendiendo corrientes sin cesar.

Princesa que tu mente te acompañe y tu corazón te guíe, desviándote del fango de la realidad, gris y cruel, para los guerreros que cayeron en la vía, y pidiendo clemencia y una forma de auxilio el mundo los tritura, mientras otros con sus mascaras bailan y embellecen lo que no posee belleza, absortos y disolutos. Cuídate de las mascaras, para que mi ira no las rompa con el amargo sabor de la verdad. Tus hermosas palabras me recuerdan que en tu pecho anida la psicología que debe salvar a los introvertidos, estos que son los que mas sufren, guardan en ellos el soma de la ciencia y el maná del arte.

No desperdicies el tiempo en bagatelas, con mis ojos he visto tu grandeza, que no debe rebajarse en poca cosa.

Este camino puede ser el mejor de todos y a la vez el peor de los infiernos.

¡Que tu mente te acompañe y tu corazón te guíe!

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