En el mundo de las ideas, me senté a escribir, junto a una fuente y me albergue, sacar lapiz y papel, el cuaderno reposa en mis rodillas, verde grama bajo mis pies, anoto la primeras palabras que en un pensamiento imagine: El fenix va a surgir aquí, no es ordinario o común, es fuerte y calmada su presencia, ignoto para quien no ve magia en la creación, esencia de cuentos de caballería. Sale del papel que no puede aguantar el caudal de fuego frenético, palpito de mi grafito. Fuego inclemente veranea el mágico animal de sueños y embrujo, típico pico enjuto, raspado y largo agarre, alcance de patas que me tocan en mi hombro, sin llegarme a quemar. Vuela alto compañero, mas alto que el águila, lleva mi alma al sol, mi padre le necesita, siempre estuvo allí dándome calor, tu viajero, radiante y fascinante, despliegas tus alas e incendias la praderas donde nuevos frutos verán retoñar. Tu que vienes del sol y accedes a un portal para esta dimensión que mi lápiz traza. Nuevamente, mientras haces tu cometido, cierro los pliegues, coloco mis manos sobre mi cabeza, y mirando al cielo vuelvo a descansar.
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