ELLA
Constanza permanece por horas en su habitación, recordando, olvidando; imágenes del pasado se proyectan frente a sus ojos, la tristeza y la desilusión se han alojado en su corazón, las lágrimas son inevitables.
Lo correcto es avanzar, permitirte ser feliz, desechar, eliminar lo que hiere, pero ¿Cómo?, si tu verdadera felicidad está confiada a aquello que hoy solo es un pensamiento oculto y olvidado, marchitado por el tiempo, donde ya no existe ni el más pequeño destello de luz, sino tan solo obscuras y abundantes cenizas.
Tendida sobre su lecho, observa lo alto, el techo, el inalcanzable cielo. Un sonido familiar y sorpresivo, la trae de vuelta de golpe, alejándola de fantasmas, ilusiones que insisten en volver. Es su teléfono celular, un mensaje de Simón.
- – Simón: Te veo mañana, espero que me expliques el motivo de tu distanciamiento. Se honesta. Te quiero.
Su vida era un caos, se perdió, y debe encontrarse. Simón, se convirtió en la peor compañía, no la ayuda a mitigar el vacío interior que dejó… “El”. Por esa persona, ella se aparta de su novio.
Debe decírselo, pero el dolor permanece intacto. Jamás imaginó que quien ama, la dañaría enormemente.
Quiere olvidar, para así continuar viviendo, iniciar nuevamente, no le importa más que dejar atrás el tormento, y reencontrarse, pero para lograr ese reencuentro, debe aceptar sus sentimientos, no negarlos, tiene que enfrentar, no huir.
Arroja su teléfono celular sin dirección aparente, luego deja su mano sobre su pecho, quiere sacarlo de su mente, pero ¿Cómo?, si ya está en su corazón.
Es en aquel instante, en medio de la amargura, donde recuerda frases, seguido de oraciones. En un comienzo sin sentido, pero luego se percata de lo coherente que es el pasado.
Sorprendida, se alza y corre hacia el armario en busca de palabras correlacionadas que reflejen lo que vive. Por más que busca, no encuentra nada.
Siempre persistente, quiere ir más allá, encontrar lo que busca con ansias, responsabilizar a aquello, de todo lo que ocurre en su vida y en la de otros, pero no es tan sencillo, sino, debe introducirse en el ayer, en el lejano ayer. Para lograr tener en sus manos la historia (relato) que la cautiva y obsesiona.
En la búsqueda de lo extraviado inconscientemente se interna en el misterio y la magia.
Toma un taxi, para dirigirse hacia un lugar bastante conocido.
-Constanza: Puede ir más rápido, por favor (Ansiosa)
-Taxista: Señorita, ya le dije, voy lo más rápido posible (Receloso)
-Constanza: Necesito llegar antes de que…
-Taxista: Llegaremos en 5 minutos. Sea paciente (Intranquilo).
¿Paciente?, ha esperado casi tres años. Actuando indolente y fría, mientras en su interior agoniza. Ahora que cree tener la cura, le es difícil tener paciencia.
¡Qué viaje!, a pesar de la corta distancia, fue percibido por Constanza; demasiado extenso, interminable.
-Taxista: Hemos llegado. Son… ¿Señorita?
Está aterrada, pávida, paralizada. Nuevamente en aquel lugar, parece un “Deja Vú”.
EL
Matías, un joven de 26 años de edad, permanece casi inmóvil mientras observa detenidamente la pantalla de su notebook, ese que lo conecta y une al mundo, pero irónicamente no a la persona que más desea.
Su mundo, su hogar, están a solo un paso, pero él a diario retrocede, postergando sueños y así relegando sentimientos. La cuestión o problema reside en ambos, pero, ¿Quiénes?
¿A qué o a quién se culpa cuando algo sale mal?, ¿Todos los involucrados, tanto directa como indirectamente, son responsables de los errores cometidos?
Para Matías todo continua intacto desde la última vez… Esa última vez que es imposible de olvidar.
Llaman, ¿Quién es?, que inapropiado. Se molesta, pero debido a la insistencia, decide ir a ver, para acallar el agudo y fastidioso sonido del timbre. Al abrir ¡Sorpresa!
ELLA
¡Qué efigie!, suspendida en el tiempo, iguala a una rígida, inexpresiva y delgada maniquí.
Desaparece, elude posibles encuentros. Luego de contemplar la fachada de la casa por varios minutos, opta por desertar su cometido.
Se marcha, corre hacia lo desconocido. La noche, la oscura noche es fría, e ingrata. ¿Dónde encontrará paz?
EL
¡Ella no!, ¡Debe ser otra!
-Matías: ¡Sasha! (Claramente sorprendido).
-Sasha: ¡Hola amor!
Intenta besarlo, pero él voltea el rostro, evitándola. Hoy no quiere juegos absurdos, ni farsas.
-Sasha: ¿Qué sucede?, ¿Ya no te gustan mis besos? (Preocupada).
-Matías: Sasha… Tenemos que hablar (Serio).
-Sasha: ¿Hablar? (Extrañada)
-Matías: Sabes perfectamente de que. Es innecesario continuar con esto, ya lo hemos dialogado, ¿Por qué insistes?
-Sasha: No logro comprenderte.
-Matías: Es más simple de lo que parece.
La improvisada plática se torna asfixiante, ella se excede, incrementando el malestar.
-Sasha: ¡Hipócrita!, ¡Mojigato! Podrías haber sido sincero desde el principio, para así haberme librado de tus enredos amorosos (Enfadada).
-Matías: ¿Enredos amorosos? Lo siento, pero no puedo seguir engañándome. Cuando estas con alguien, quieres que este te ame ¿Cierto?
-Sasha: Depende.
-Matías: Me refiero en una supuesta relación amorosa, en donde existe algún tipo de compromiso de por medio.
-Sasha: ¿Nunca me quisiste?, ¿Jugaste conmigo? (Dolida)
-Matías: ¡No!, te quise, y mucho, pero…
-Sasha: ¿Apareció ella?…
Un momento sumamente incómodo para ambos, confesiones que hieren, pero a la vez, liberan.
-Sasha: Sabes… Mejor calla, antes de que no pueda controlarme y comience a ofenderte de verdad.
Conmovida, intenta abandonar aquel sitio, pero se ve frustrada, ya que él la toma de su brazo, reteniéndola. A pesar de lo ocurrido, ellos conservaban una gran historia.
ELLA
Un chica solitaria, merodeando lugares extraños, es blanco fácil de delincuentes. No será la excepción…
¡Pandilleros!, advierte la situación, la siguen, ella es su próxima víctima. Debe escabullirse, antes de que lo lamente.
Acelera el paso, ¿Cómo se librará de esto?, un vago recuerdo viene a su mente, ya nada es nuevo, ya que, el papel de víctima lo ha interpretado anteriormente. Esta vez ¡No!
Constanza, en un aparente estado de estrés, debido a esta situación abrupta que rompe su exigua tranquilidad interior, se detiene, un acto admirable, pues otras mujeres habrían continuado su marcha.
La valentía, era más que un valor o condición. Constanza es valiente, a pesar de considerarse cobarde, pues demostró y demuestra día a día, tener coraje, en los momentos más adversos e infortunados que se presentan. Al igual que ahora…
Voltea, esperanzada a que desistan, ¡Cinco muchachos!, sus miradas perturbadas, evidencian efectos de un anterior consumo de drogas. Decide mantener una postura corporal y expresión facial que proyecte seguridad, quizá así logra intimidarlos. Dentro, tiembla, se repite así misma, ¡No debes temer!, ¡No debes temer!
Seguido de ¡Estúpida!, ¡Debes haberte quedado en casa!, ¿Qué haré?
Ellos continúan, hasta quedar a un metro de distancia. Sus mentes trastornadas, piensan detalladamente a lo que la someterán. Es inútil, no contendrán sus repentinos impulsos.
EL
Matías y Sasha, sentados en el cómodo sofá, de la amplia sala. Decorado minimalista, singular e innovador. Esa casa guarda sueños, pasiones, locuras, que acabaron drásticamente, ¿Volverán?
Enmudecidos, se observan, como si solo basta con mirarse para decirlo todo. La decadencia del amor… Sin embargo, el deterioro inició hace mucho, cuando eran solo adolescentes. Sasha rompe el desagradable y áspero silencio.
-Sasha: ¡Genial! Juguemos a no movernos, ni hablar. ¿Me tendrás toda la noche aquí (Muy molesta)
-Matías: No, quizá lo de tratarme como un hipócrita, no es tan lejano a la realidad. Reconozco que no fui del todo honesto, pero jamás quise herirte a propósito (Siendo sincero).
-Sasha: Tal vez esto fue un plan de venganza, encajaba perfectamente.
-Matías: ¿Venganza?, Sasha…
-Sasha: ¿Sasha qué?, solo dilo sin rodeos de una vez (Irritada)
-Matías: Te quise, más de lo que crees, a pesar de que solo éramos chicos, pero tú más que nadie sabes cómo terminó. No te culpo, cometemos errores, pero si eso no hubiera pasado, lo más probable que esto sería completamente diferente. No puedo seguir engañándome, mintiéndome a mí mismo. ¡Es inútil!
-Sasha: Podrías haberte esforzado, tal vez así esos pensamientos habrían desaparecidos.
-Matías: ¡No te amo!
-Sasha: Amas a otra… cuando estabas conmigo pensabas en ella, no lo dudo.
-Matías: ¡No es así! (Negándolo)
-Sasha: ¿Por qué mientes?
-Matías: ¡No miento!, Sasha, eres hermosa, una gran mujer y quiero que seas feliz, no te odio ni guardo rencor por el pasado. Todo esto me ayudó, ¡A ambos!, a saber si aún quedaba algo, aunque sea lo más mínimo entre nosotros, y… No es así. Con el paso del tiempo notarás que es lo mejor. Mereces lo mejor, alguien que te ame, y tú también a él.
-Sasha: ¿Esto es un hasta nunca?
-Matías: ¡No nos torturemos más!
-Sasha: ¿No nos torturemos?, ¡Fuiste tú quien comenzó todo esto!, ¡Podrías haberte rehusado a estar conmigo, si estabas tan confundido!
-Matías: Sasha…
-Sasha: ¡Decidí quedarme por ti!, ¡Por nosotros!
-Matías: ¡No te he obligué a hacerlo!
-Sasha: ¿Cómo puedes decir una estupidez así? (Dolida)
-Matías: Eres una gran mujer, y estoy seguro de que se te presentarán múltiples oportunidades, de diferentes índoles. No te aferres, sabemos que la verdadera relación terminó cuando éramos adolescentes.
Atrevida, fastidiosa y desenfrenada, Sasha es irreconocible, desea vengarse, y solo existe una forma de hacerlo, debe ser altamente efectiva. Ahondando en los recuerdos, en los sentimientos, hasta llegar al dolor mismo.
-Sasha: ¿Después de esto qué?, ¿Correrás hacia ella?, ¿Crees que pueda perdonarte? ¡Esa relación también acabó!, no te ilusiones, ya encontró a otro, ¿Simón es su nombre?, él la protege, la valora, la acaricia, la besa y también, ¿Por qué no?, le hace el amor, ¡En vez de tu hacerlo! (Descontrolada)
-Matías: ¡Esto terminó!, ¡No quiero seguir esta conversación! (Furioso)
-Sasha: La verdad duele, y los errores se pagan, que lamentable que los tuyos los pagues tan caros. ¿Quizá no te amaba tanto?, ¡Mereces todo esto!
-Matías: ¿Es necesario?
-Sasha: Te deseo lo mejor. Si la ves… ¡Por supuesto!, no quiere saber nada de ti. No te preocupes, ya lo superarás, la vida nos da constantemente oportunidades (En tono sarcástico).
-Matías: Lo que ocurre entre ella y yo no es asunto tuyo, no te comportes inmaduramente, preocúpate de ti. Entiendo que estés molesta, pero no es motivo para hablar de lo que no te concierne.
-Sasha: ¡Ocultas verdades!
-Matías: ¿Qué verdades?, ¿Sobre Connie?
-Sasha: ¿Connie?, verdad que así la llamas…
-Matías: Esto acabó.
-Sasha: ¡No ha acabado!, ¡Somos dos infelices!, ¡Ya no te ama!, ¡Tienes que resignarte!
-Matías: ¡Desapareciste!
-Sasha: ¿De qué hablas? (Sin comprender lo que dice él)
-Matías: ¿En ese momento, pensaste en nosotros?, ¿En lo que yo sentía?, ¿Sabes que ocurrió después de marcharte?
-Sasha: ¡No tienes que recordarlo!
-Matías: ¡No vuelvas a hablar de ella, es completamente diferente a ti!
-Sasha: ¡Constanza, también te dejó!
-Matías: La razones por las que se alejó, son comprensibles, las tuyas… Solo apoyan la hipótesis de tu gran cobardía.
-Sasha: Me fui, aun así no renuncié a sueños. ¡Debes desistir, ya no te ama!
-Matías: Pero yo sí a ella. ¿Eso querías escuchar?, entonces hazlo. Estoy enamorado de Connie, no me importa que no quiera verme o saber algo de mí, aun así lo seguiré haciendo.
-Sasha: Al fin dices todo, sin omisiones.
-Matías: Es inútil, no puedo olvidarla. ¡No quiero olvidarla!, pero me odia. Sólo quiero recomenzar, que ambos nos demos una oportunidad, que nos reconciliemos con el pasado.
Sasha percibe el dolor en la mirada de Matías, es evidente que sufre al no poder estar junto a la mujer que ama, sus palabras son sinceras. El arrepentimiento se avizora en este.
Aunque desea olvido, para que así ella logre ser feliz con Matías, interiormente, sabe el amor de él por Constanza. Se limita agredirlo, y continuar con una charla amarga, no quiere convertir al muchacho en su enemigo. Ser rivales, es negar los buenos momentos vividos.
-Sasha: Si tus sentimientos son verdaderos, ¿Por qué no actúas, qué te limita? (Un vuelco sorpresivo en la actitud de Sasha)
-Matías: Es más complejo de lo que imaginas.
-Sasha: Matías…
-Matías: ¿Qué?
-Sasha: Nunca te olvidé, desde que dejamos de vernos hace años, hasta cuando nos reencontramos.
-Matías: No quiero continuar con esto…
-Sasha: ¡Solo escúchame!, Creí que la vida me daba una nueva oportunidad, a ambos, pero con el tiempo noté actitudes diferentes en ti, ya no eras el Matías del que me había enamorado. Y ahora puedo darme cuenta que fue ella… Quien ayudó a esos cambios. Encontraste en Constanza lo que tanto quieres y necesitas, gracias a ella volviste a creer en el amor. Obviamente alguien así, jamás se olvida.
-Matías: Ambos merecemos ser felices.
Sasha resignada, se retira. Sin embargo, el fin se ha vuelto esquivo, lo necesitan, una conversación irresuelta debe retomarse en el momento indicado.
Desea volver, modificar el pasado, para así alterar la realidad y no sentirse tan mísero, infeliz.
Lo cierto es que el ayer, ya fue escrito, no puede ser borrado. Pero el hoy, no, y el futuro, menos. No nos lamentemos de lo ya escrito, sino, escribamos o más bien, vivamos, pero con lecciones ya aprendidas.
La extraña, pero asimismo, comprende su actitud. Las palabras de Sasha son verdaderas, ella tiene una relación con Simón, sin embargo, Matías no deja de amarla.
¿Qué sonido es ese…? The Who, ¡Su teléfono celular!, es Pascale.
Matías: ¿Hermanita?
Pascale: ¡Qué horrible!, no me digas así, recuerda que soy mayor.
Matías: ¿Por qué llamas?
Pascale: Matías… (Con voz temblorosa).
Matías: ¿Pasa algo?
Pascale: Sé que esto no te corresponde, pero, es sobre ella…
Matías: ¿Ella?, ¿Connie?, ¿Qué ocurre, Pascale? (Preocupdo)
Pascale: ¡No!, no debí haber llamado, perdóname, fue estúpido de mi parte (Corta la llamada).
Pascale es certera, y sus técnicas infalibles, claramente deja preocupado a su hermano, sabe que este hará algo al respecto, y más aún si se trata de Constanza.
Matías: ¿Por qué cortas? (Llamando él, esta vez).
Pascale: Constanza ha desaparecido.
Matías: ¿Cuándo?, ¿Estas segura? (Alarmado).
Pascale: Llamé a su celular varias veces, sin contestar, decidí visitarla. No hay nadie, su habitación es un desastre, papales por todos lados, como…
Matías ¿Si buscaban algo?
Pascale: No lo sé, pero si fuera eso, es un ¿Papel?, además su celular esta acá. Llamé a todos preguntando por ella, pero nadie sabe nada, la última vez que nos vimos, estaba rara. Matías… ¡Está agotada!, deben hablar.
-Matías: ¡Debemos encontrarla! ¿Dónde estará?
-Pascale: Pensé que estaba contigo… pero no. Tampoco está con Simón.
-Matías: ¡Que va a estar con ese idiota! (Enfadado).
-Pascale: ¡Arranque de celos, no! ¿Piensas en algún lugar donde pueda estar?
-Matías: Varios la verdad, pero, ¿A esta hora?, es tarde, además no creo que esté caminando de noche, sola.
-Pascale: Yo creo que sí.
Pascale, entre la mezcla, enredo, y desorden, principalmente de hojas, advierte fotografías, ¡Insólito!, en ellas se muestra a Constanza y Matías juntos. Confundida, su astuto, hábil e inteligente cerebro, analiza lo visto, resolviendo en tiempo récord el caos, la respuesta, la tan simple repuesta, ya la tiene.
-Matías: ¿Por qué no hablas?, ¿Has visto algo?
-Pascale: Te busca. ¿Tienes algo de ella?
-Matías: ¿Por qué me busca? (Extrañado)
-Pascale: ¡Matías responde! (Enfatizando)
-Matías: No lo sé, la verdad, cuando terminamos, ambos nos quedamos con cosas que le pertenecían al otro, ¡Eso que importa!, ¡Esto es perder el tiempo!, ¡Hay que buscarla!
-Pascale: ¿Tienes una historia de ella, cierto?, eso busca, quiere de vuelta lo que le pertenece.
-Matías: Da igual, llama a Nicolás y Antonia, para que ayuden. Si viene hacia acá, debe estar cerca, saldré a buscarla. ¡No perderé más tiempo!
-Pascale: ¡No!, puedes arruinarlo todo.
-Matías: ¡Es tarde, de noche!, ¿Si está en peligro?, ya lo arruiné todo hace mucho. No me perdonaría si a Connie le ocurre algo malo (Corta la llamada).
Sin pensarlo, abandona su casa. Inquieto, alarmado, sube a su Jeep, para iniciar la búsqueda.
ELLA
Indefensa, vulnerable, nuevamente en esta cruda situación. Inician una ronda díscola y maliciosa de carcajadas, está rodeada, asediada, sin salida. Cree que callar, es ser cómplice de la espeluznante escena, decide oponerse, afrontar.
-Constanza: ¿Qué?, ¿Me golpearán?, ¿Abusaran de mí…? (Asustada y nerviosa)
Las risotadas surgen de sus bocas espontáneamente, ignorando el temor y la congoja de Constanza. Uno de ellos, encolerizado, la toma violentamente de su cabello, acorralándola, para posterior estrecharla frenético contra un gran muro plomizo. El dolor la trae a la realidad.
Los ojos del muchacho, desorbitados, buscan satisfacción en la mirada de la joven, el pavor y martirio generado en ella, lo deleitan.
-Pandillero: Si no te opones, lo haremos rápido.
-Constanza: ¿Hacer rápido qué?, espera…
Brusco, grosero, comienza a tocarla, forzándola a mantenerse contra la pared.
-Pandillero: ¿Por qué lloras?
Constanza al no responderle, este se altera, girándola, la toma de la cintura, para luego desbotonar su jeans, clara señal de que lo bajará.
-Pandillero: Esta posición me evita problemas, y a ti también, deberías agradecerme. No sé si los otros quieran tenerte igual que yo, prefiero ver tu culo, que tu cara poco… ¿Expresiva? Deja de lloriquear, debes disfrutarlo.
Expuesta y frágil, ¿Qué harán con ella?, ¿Cómo acabará? Lo cierto es que está sola, rodeada por depravados muchachos, y uno de ellos dispuesto a tener sexo anal. ¿Sexo anal?, la posición sexual que más le incomoda, es por esto que evita hacerla. Para su fortuna ninguno de sus amantes la increpó por esto, pues es tajante, más aún si se trata de límites.
Aquel personaje le es familiar, ¿Dónde lo vio antes?, ¿O solo son desvaríos producto de la humillante circunstancia?
Cuando intenta bajar el jeans, imprevistamente Constanza se vuelve y lo golpea en el rostro, impidiendo la realización de su degenerado plan. Enseguida lo empuja, pretendiendo escapar. Fulminante, la toma de los brazos, mientras la sacude furioso, gritándole…
-Pandillero: ¿Qué mierda te crees?, ¡Eres una zorra!, ¿No te gusta coger?
¡Por supuesto que lo conoce!, ¡Qué reencuentro!
-Constanza: ¿Esteban?
Se detiene, extrañado.
-Esteban: ¿Por qué mierda sabes mi nom…?
-Constanza: ¿No me reconoces?, ¡Soy Constanza!, ¿Quieres terminar lo que empezaste hace años atrás?
Boquiabierto, libera los brazos de ella, aliviándola.
-Esteban: ¿Constanza?, ¡No! yo…
Su semblante, sus facciones cambian, como si tuviese enfrente a un fantasma.
-Esteban: Constanza, yo no quería… no sabía que… eras ¡Tú!
-Constanza: ¿Cómo puedes lastimarme de nuevo? (Con lágrimas en su rostro).
Indignación, la mejor palabra para describir lo que siente.
-Constanza: ¿Ahora te dedicas a esto?, ¡Sigues siendo el mismo!, ¡Eres despreciable!
Un pandillero menos, pero aún quedan cuatro. Esteban se aparta, sin poder digerir lo que ocurre.
-Constanza: ¡Esteban haz algo!
Los otros sin comprender, optan por la indiferencia, derribándola, cayendo abatida sobre la álgida superficie. ¡Esto no cesará!
Al fin su voz se exterioriza, pidiendo ayuda a gritos.
EL
Joaquín atiende la llamada, ya que Pascale no puede contestar, conduce rauda en busca de su hermano Matías, teme que cometa alguna locura.
-Joaquín: ¿Antonia?, soy Joaquín, no te preocupes, Pascale te escucha.
-Pascale: Dime…
-Antonia: He llamado a todos, pero nadie la ha visto. ¡No puede desaparecer!
-Pascale: Lo sé. Ahora me preocupa Matías, espero que no haga alguna estupidez.
-Antonia: Descuida, él sabe lo que hace. Debes encontrar a Constanza.
-Pascale: Si.
-Antonia: Mantenme informada por favor. Seguiré haciendo llamadas. (Corta la llamada)
-Joaquín: Esperemos que Matías la haya encontrado (Dirigiéndose a Pascale).
-Pascale: Solo quiero que los dos estén bien. No solo ahora, sino como pareja. ¡Se comportan como unos idiotas!
-Joaquín: Quizá esto es necesario, para que reflexionen y se den cuenta que están en un error.
-Pascale: No olvido el rostro de Matías después de contarle a ella la verdad. Sabía que no lo perdonaría, esa confesión fue como… ¡Su sentencia a muerte!
-Joaquín: Si es sensata lo perdonará, él también sufrió la pérdida de… Olvídalo.
-Pascale: Indirectamente fue responsable, ese accidente lo marcó. ¡A todos!
Matías continua su búsqueda, esperanzado, optimista. Las calles desoladas, no hay rastros de Constanza. Al internarse en un pasaje, estrecho y prolongado, ve desde lejos a unos muchachos. Quiso acortar distancia, para así preguntarles, pero luego se retracta, al notar algo extraño en ellos.
Reduce la velocidad, para observarlos bien. No divisa nada. Están reunidos en torno a una cosa, puede ser fuego o comida.
Pero, al escuchar la voz de Constanza pidiendo desesperadamente ayuda, no duda, frena enérgico el Jeep, y sale en busca de ella. Enfurecido golpea imponente a dos de ellos. Sus habilidades marciales se deben a que desde pequeño practicó toda clase de deportes, uno de ellos fue Taekwondo. Debe revivir esas prácticas, revalidar la obtención del cinturón negro.
Al ver a la mujer que ama; sola, desamparada, destrozada, tirada sobre el suelo, resistiendo el brutal ataque de cuatro hombres, se entristece, aflige, se atormenta por no haber impedido desde el inicio lo que sucede. Enfurecido aún más, toma al pandillero que estaba sobre ella, lastimándola. Lo azota contra la pared, luego lo golpea en reiteradas ocasiones en su abdomen, espalda, cuello y cabeza.
¡Una horrible pesadilla!, la realidad se asemeja a una verdadera pesadilla.
ELLA
Gaspar habla a través de su teléfono celular con Julieta -hermana de Constanza-, impaciente, agitado por lo que sucede.
-Gaspar: ¿Cómo pasó esto?
-Julieta: No lo sé, Antonia me dijo que probablemente se perdió cuando iba a visitar a Matías.
-Gaspar: ¿Matías?, ¿Su relación se supone había terminado?
-Julieta: No iba a verlo a él, sino quiere cosas de vuelta que este tiene, o algo así.
-Gaspar: Esto es raro ¿Después de todo este tiempo?
-Julieta: Ambos no están bien, su ruptura los afectó demasiado.
-Gaspar: Los dos han rehecho sus vidas, para bien o para mal. No podemos involucrarnos, aunque quisiéramos.
-Julieta: Creí que Simón ayudaría, pero ¡No!, ¡Es peor!, ¡No entiendo porque sigue con él! Te mantendré informado sobre mi hermana, no te preocupes.
-Gaspar: Pensaba en ir a su casa.
-Julieta: Yo también, pero demoraré en llegar. ¿Reunámonos allá?
-Gaspar: Les diré a los demás.
-Julieta: ¡Perfecto!, nos vemos en casa de Constanza.
¡El!, ¡Matías!, ¡Después de tres años!
Su cabeza punza, producto del impacto contra la superficie al caer, pero permanece consciente. Matías impidió que abusaran sexualmente de ella.
Su ropa desgarrada, evidencian ansiedad y exasperación por parte del pandillero que se encontraba posado sobre esta.
El hombre que ama vino a su rescate, aunque ellos le doblan en número, el que Matías este ahí, socorriéndola, la calma. Esto significa que aún le importa, a pesar de los años, todavía hay afecto por parte de este hacia ella.
Un reencuentro imprevisto, no planeado, pero conveniente. En ambos impera un amor bastante especial; intenso, abrasador y apasionado, pero a la vez dulce y romántico.
Interiormente está deshecha, exhausta, ¿Qué hace ahora?, permanece tirada, inmóvil o demuestra el coraje y valentía que la caracteriza.
Al predecir los movimientos de uno de los pandilleros; este golpeará por sorpresa la cabeza de Matías, se alza briosa, interponiéndose, e inclemente descarga su ira. Le da una brutal patada en la entrepiernas, y mientras padece los dolorosos efectos de esta, continua golpeándolo, pero en el abdomen.
ELLA Y EL
Juntos, pero protagonistas de una pelea, quedando en evidencia quienes son los antagonistas. ¿Vencerán?
Matías está transformado, no es primera vez que enfrentan una situación como esta, Constanza recuerda lo acontecido cuando aún no existía relación amorosa entre ellos, pero sí atracción. Algo similar, en la que logró zafarse gracias a él.
La vida los reúne de una manera particular, diferente. Es una señal, muy notoria.
Su ex novio le facilita la tarea, ¿Qué tarea?, la de golpeadora. Dos personas frente a cuatro individuos inicuos. ¡Qué desigual!
Esteban apartado, reacciona, acercándose hacia Constanza y Matías, se arrepiente de lo sucedido, del daño que le ocasionó a la muchacha. Por absolutamente todo.
En aquel instante el infame, o “malo”, se convierte al bien. Debe compensarla, reparar las ofensas y vejámenes que vivió la joven a causa del.
Se une al conflicto desenfrenado, fortaleciendo al bando violentado, transgredido por pandilleros, muchachos jóvenes, de corta edad.
En medio de la reyerta, Esteban, trata de dialogar con Constanza, a pesar de lo dificultoso que es.
-Esteban: Constanza perdóname… (Arrepentido)
Ella se rehúsa a hablar, él insiste.
-Esteban: No sabes lo difícil que ha sido olvidar el disparate…
-Constanza: ¿Disparate?, ¿Cómo mierda puedes referirte a eso como un disparate?
-Esteban: ¡Fue algo horrible, lo sé!
-Constanza: ¡No!, ¡Claro que no lo sabes!, ¡Aléjate de mí!
-Esteban: ¡Lo siento!, no puedo cargar con el dolor y el peso que conlleva, lo que hice.
-Constanza: ¡Dos veces!
Un pandillero toma del interior de su vestimenta, un imponente y amenazador puñal, apuntando a la muchacha.
-Esteban: ¡Walter no! (Espantado).
-Matías: ¡No volverás a dañarla! (Interponiéndose).
-Walter: ¡Terminemos con esta de mierda de una vez!
En un evidente estado de enajenación, fija sus ojos en el torso de Matías. Walter impulsivamente se lanza sobre este, pretendiendo clavar el arma en su pecho, y así atravesarle el corazón.
En escasos segundos, el afilado puñal se encuentra dentro, incrustado en el pecho, pero de Esteban. El súbito movimiento de este, truncó reacciones por parte de Matías y Constanza, hacia Walter.
Matías despavorido, presuroso separa al pandillero de Esteban, lo golpea sin obtener resistencia, hasta que cae desplomado sobre la calzada.
Ella avivadamente recuesta al herido, mientras lo sostiene de su cabeza. Desesperada busca su teléfono celular, para llamar a una ambulancia, sin encontrarlo. La puñalada fue eficaz, no puede qutar el arma hasta que sea evaluado por profesionales.
¿Por qué tardaron?, Pascale y Joaquín, llegan a auxiliarlos, mientras bajan del Jeep, esta se percata de lo que acontécete, llamando automáticamente a una ambulancia, él llama a la policía.
TIEMPO ATRÁS
…
OPINIONES Y COMENTARIOS