Simple, como siempre

Simple, como siempre

x6tnc

03/07/2019

– Hola – su voz era suave, acorde a el rostro que pronunciaba aquella simple pero poderosa palabra.
– Hola, soy Pablo, amigo de tu hermano – realmente no estaba muy seguro de que decir.
Una sonrisa se dibujó en su rostro, era una chica linda, probablemente tenía como 15 o 16 años, sabía de su existencia, Roy me había dicho que tenía una hermana menor, pero claro, nunca mencionó más que eso.
– Espera, le hablaré, mientras tanto, pasa, la sala esta a unos pasos.
Se dio la vuelta y caminó dentro de la casa, yo seguí sus pasos y me encontré con una gran cuarto, un gran televisor, un gran sofá, lindos y claramente caros adornos decorativos, el sitio parecía sacado de alguna revista de casas ideales, muy diferente a mi realidad. Perdí a la chica de vista, así que comencé a observar, era de las pocas cosas que se me dan medianamente bien.
Luego de unos segundos apareció de nuevo su hermana.
– En un momento viene – su voz había cambiado un poco, seguía siendo suave, pero era algo diferente, y tanto su rostro como su mirada habían cambiado, se veía mucho más seria, pero sus manos estaban inquietas, como si no supiese que hacer o decir ahora.
– Gracias – simple, como siempre.
– ¿Vas en su salón? – su pregunta rompió el silencio del momento, lamentablemente, me gusta el silencio.
– Sí, algo así – no suelo ser muy especifico, a la mayoría de las personas les gustan las respuestas simples.
– ¿Cómo que algo así? – su pregunta me sorprendió, esperaba alguna otra pregunta banal y parecía realmente interesada.
– Tomamos algunas clases juntos.
– ¿Qué clases? – no entendía porque seguía preguntando.
– Hola Pablo – era la voz de Roy, tranquila como siempre, lucía bien y era obvio, hoy iríamos a la fiesta de Javi uno de nuestros amigos de la universidad, y también donde Daniela la chica que le ha gustado desde hace ya meses irá también.
– Hola Roy.
– Parece que mi hermanita te está realizando un interrogatorio, ¿qué tal vas? – admiro a Roy, es un hombre con muchísimas cualidades y definitivamente uno de mis mejores amigos, una de sus mejores cualidades es que siempre sabe que decir en cada momento.
– Pues no muy bien, evade mis preguntas con respuestas simples. es guapo, pero no le queda lo de hacerse el interesante – por sus palabras cualquiera pensaría que me estaba ofendiendo, pero su tono de voz juguetón le quitó toda intención.
– No me hago el interesante, soy interesante – dije mientras dibujaba una sonrisa burlona en mi cara.
– Arrogante también he – estaba mucho más relajada y tenía una gran sonrisa en su rostro.
– Calma, no estamos aquí para pelear – dijo Roy mientras reía – parece que ya se llevan bien, por cierto Paola, mis padres te llevarán con tu amiga o…
– Mi mamá dijo que tú me llevarías y de allí te irías a tu fiesta – su voz tono de voz cambió totalmente, era fuerte y dominante.
– Oh está bien – sonaba dudoso, cuando cambió su mirada a mí – sabes, es que hay un problema, iré por Daniela y de allí tenía pensado ir a la fiesta, pero Pablo te podría llevar, no creo que tenga problemas con ello – su mirada cómplice no me gustaba, pero era mi amigo.
– Si, no tendría problema alguno – no creo que nada salga mal.
– Perfecto, iré a arreglarme, los veo más tarde – me miró a los ojos, cosa que nunca me ha gustado mucho… ¿por que me miró a los ojos?
– Gracias bro, te debo una – dijo Roy mientras me regresaba a la realidad.
– De nada amigo.

2 horas más tarde miraba en mi celular un meme bastante gracioso, cuando una voz irrumpió el silencio en el que me hallaba:
– Hola otra vez – solo podía ver su rostro que se asomaba en la puerta, me encontraba en la habitación de Roy.
– Hola otra vez… Paola – me pregunto si solo se llamara Paola, porque ahora que lo recuerdo no le pregunté su nombre cuando llegué, ni a Roy en el rato que estuvimos hablando, antes de que se fuera por Daniela.
– ¿Ya es hora de irnos? – pregunté.
– Creo que sí, claro, si quieres que nos vayamos – una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro, ¿qué significa eso?
– Bien, vamos, mi carro esta afuera – su rostro desapareció tras la puerta.
Me levanté de la cama y caminé rumbo a la puerta, una vez salí del cuarto de Roy y miré al pasillo quedé impactado ante la chica que se mostraba frente a mí con una mirada seria pero impaciente.
– ¿Nunca haz visto a una chica con vestido? – preguntó burlándose de mí.
– Nunca a una tan divertida – repliqué.
– Pensé que los halagos me los dirías hasta dentro del carro, no eres tan interesante entonces – dijo mientras sonreía y se daba la media vuelta camino a la entrada.
La seguí, usaba un vestido corte imperio, aprendí de vestidos cuando salí con una chica que modelaba, y a pesar de que parece información poco necesaria para un chico como yo, me he beneficiado más de una vez de dicho conocimiento, es color jade, tiene un cinturón bastante ancho pero que denota bastante bien lo delgada que es su cintura, mientras analizo el vestido y a la chica que lo esta usando pienso por un momento en…
– ¿Cuál es tu carro? – pregunta mientras me mira, su mirada trata de descifrar en que pensaba.
– El honda gris, a tu izquierda, ¿no llevas algún suéter? – pregunté al ver un bolso tan pequeño.
– No tengo frío comandante – respondió de manera sarcástica.
– Bueno cadete, entonces prosigamos con nuestra misión – yo también puedo ser sarcástico.
Sonríe y camina rumbo a mi carro.
Una vez llega a la puerta del copiloto se detiene y me observa acercarme.
– ¿No le abrirás la puerta a la dama que te esta acompañando? – me observa otra vez con esa sonrisa maliciosa.
– Lo siento – digo mientras me acerco y le abro la puerta.
– Gracias – responde mientras no deja de verme a los ojos.
– ¿Sueles conseguir que las personas hagan lo que quieras muy a menudo?
– Normalmente así es – dice aparentando seriedad, pero se que sonríe por dentro, sus ojos me lo dicen.
– Presumida – digo en un tono burlón y cierro la puerta.
Camino al otro lado del carro y entro, ella esta sentada con las piernas cruzadas y me mira con una sonrisa en su rostro.
– ¿Gusta escuchar algo señorita? – pregunto mientras enciendo el carro.
– Si claro, a ti – dice sin dejar de buscar con su mirada mis ojos.
– Soy interesante, sin embargo nunca hablo de mí.
– Así que el señor interesante, arrogante y lindo también es tímido he – la observo y salgo de la casa de mi amigo.
– Mejor hablemos de ti – digo una vez comienzo a conducir en la calle.
– ¿Qué quieres saber de mí?
– ¿Cuál es tu nombre completo?
– Diana Paola, ¿en serio harás preguntas tan aburridas? – la miro y está molesta aparentemente
– ¿Para ti qué es una pregunta interesante?
– Te puedo dar un ejemplo si me lo respondes – cambió su rostro a la sonrisa maliciosa que creo que le gusta mucho usar.
– Bien.
– ¿Tienes novia?
– No, ¿esas son para ti preguntas interesantes? – no le veo lo interesante a ese tipo de preguntas.
– Si, ahora te toca a ti y luego voy yo de nuevo – su mirada seria me dice que no esta jugando.
– Vale, ¿cuántos años tienes? – es de las pocas cosas sobre las que tengo curiosidad.
– ¿Le quitarás lo divertido tan pronto a esto?
– Querías preguntas interesantes – ahora yo me pregunto, ¿a qué se refiere con divertido?
– Bien, acabo de cumplir 17 años, ¿cuándo fue la ultima vez que besaste a una chica? – lanzaba dagas de manera rápida.
– 1 año, ¿tienes novio? – yo también podía jugar a su juego.
– No, pero acabo de conocer un chico que me ha gustado bastante, ¿qué ocurrió que te hizo así?
– No se a que te refieres con tu pregunta.
– A lo que pasó que hizo que estés tan callado y que hace que no te des cuenta que te he estado coqueteando – su pregunta era inteligente, había ignorado el hecho del coqueteo, pero sabía que no por mucho tiempo, pienso en una respuesta.
– Eso no es de tu incumbencia – respondí, mientras buscaba un Oxxo donde detenerme.
– ¿Por qué no lo es? – replicó con una voz fuerte.

Guarde silencio hasta que encontré un Oxxo.
– ¿Quieres algo? – ignorando claramente su última pregunta, nunca nadie me había hecho hablar y enojar tanto tan rápido, es como si pudiera ver a través de mí.
– Quiero que me respondas mi pregunta – dijo de forma tajante.
– Bien, te compraré una leche – dije mientras salía del carro.
– No soy una niña – dijo mientras ella también bajaba – quiero una cerveza.
– Sí claro, lo más que puedo ofrecerte es un café y estoy siendo muy indulgente – estaba molesto, hace mucho no estaba molesto.
Entró por delante mío y la seguí, una vez dentro cruzo sus brazos, hacia mucho frío por el aire acondicionado, así que rápidamente me quite la sudadera y se la di.
– No gracias – respondió tajante.

Continua…

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