Notas Suicidas

1. No hablaré de mi edad ni mi cuerpo, ni de esas líneas delgadas sobre mi cuello. Me he despertado en este agujero negro, entre rimas y escasos versos. Es un receso en el tiempo, aunque éste no deje de correr. ¡Silencio! Es lo que necesito, suelo vivir con desencanto por este existir, eso me retiene. No es un cuento de hadas o aquella historia feliz, ahora mismo no sé qué será de mi, veo un punto fijo que sale de la pared, el horizonte lleno de gris, debo salir. Me pregunto, cómo vuela el viento, quién arropa el cielo, qué espectáculo puede ver el amanecer, el agua cómo sacia su sed… he decidido partir, pero no huyo, busco algo que no perdí.

2. Es difícil encontrar culpables, cuando todos llevan un peso y sus heridas se conservan abiertas. Pero más difícil es hallar inocentes, cuando cada cual se esfuerza por ser despiadado, cubrirse en hierro y mostrar un corazón duro.

3. Qué raro que al mirar a frente siempre recuerdo mi muerte, esa montaña con cada vez más grietas, un cielo azul anaranjado, una mirada triste, el silencio es necesario. No ha sido el destino, es la vida pateando la lonchera de la persona equivocada.

4. Me marcharé a otros cielos, me cubrirá el sereno y se irá este llanto. Me perderé en el viento, culminaré en los mares y me hundirá el destierro. Todo es tan futuro, tan certero, todo es pasajero menos este nudo. Alzo la mirada, me armo de puños ¿Qué vale la pena en esta vida, que no sea sufrirla?

5. Pienso en mi dolor como mío, pienso en mi dolor como ajeno. Tanto llanto me ha dejado sin agua en el cuerpo, ya me ha vaciado el lamento, ya me ha secado el miedo. Me ha empezado a sanar el pecho, me ha curado el desasosiego. me ha dejado sin aliento.

6. Encontraré el final cuando queme mis letras y entierre las cuerdas. Cuando de este agujero no se despliegue ningún sonido, cuando ya no suene ni trasteando.

7. A veces no somos buenos artistas, lo que hacemos con la mano lo borramos con el codo, pulsamos bien tres notas y de resto solo rozamos las cuerdas, bailamos bien los primeros 7 pasos y el último fallamos. Todo con el respaldo de que somos humanos, humanos no artistas. A veces amamos, de resto solo intentamos.

8. Un párrafo no sanará mis heridas, solo las hará más reales. Un abrazo no cubrirá mis miedos desprotegidos, un beso no borrará los recuerdos, el tiempo no alejará los sucesos. Viviré con todo esto. Una presencia no será compañía, un sueño no será la realidad anhelada. El arte no será suficiente aunque esto sea el arte viviente, doliente, ardiente. Amar o dormir, amar dormitando, dormir amando.

9. Desistí de la idea de llevarte a la luna. Le temo a las alturas, ver los precipicios, caer en un abismo. Sólo sé sumergirme en versos. Lo que más me hiere es que no perdí el interés.

10. Ciertamente no consideré que hicieras las cosas mal conmigo, más aún, que ni esperaba otra cosa a la que me dabas, nos interpretamos mal. A veces suele ser tarde para los oídos que no atienden a excusas o explicaciones. Y si, me resisto al cambio, si éste no es más que un deterioro, me resisto al cambio que no deja esperanzas. Ciertamente no consideré que te desmotivara, hay tantas cosas que no considero pero que ya no resistiré.

11. He visto cuando lloro, el movimiento interno de las lágrimas, poseen más de lo que creía y mucho menos de lo que esperaba me sorprendería. Son como las ánimas que penan y los vivos en el mundo. Figuras dibujadas de tal modo, entes vagando en el fango, humanos luchando unos con otros. Solo versos que riman semejando perfección, solo cuerpos que habitan excusándose en la naturaleza del error. A fin de cuentas ¿quién soy yo? Puede ser peor encontrar la respuesta a tan embarazosa cuestión, puede dejar esta vida más que un adiós evitando el perdón. Esas lágrimas y esta existencia se igualan más que nada en que se experimentan una sola vez sin cuestionarse o se les interroga todo el tiempo siendo la muerte el único medio de liberación.

12. Cuando los cristales de la vida se han clavado todos contra ti, terminas sintiendo la indiferencia como puñales en la espalda, dagas al corazón, que las cosas importen poco a los demás como disparos al cráneo… Una sensación de injusticia tan mortal, que te envuelve en culpa y asumes merecer tanta agonía hasta que la luz de la vela, de un soplo se apague.

13. El cielo es la única cosa que se comparte y que todo el mundo observa, lo que nosotros menos percibimos. Ojalá nos tomemos un vino en el cielo del olvido, ojalá amemos siendo cielo y entendamos ese olvido. Amemos como el cielo que aunque, soleado, gris o en tempestad, no se va, no se acaba. Transforma sus nubes, cambia de colores, siempre nos cobija. Nunca le he visto huir, nunca le he sentido negando su existir, de alguna manera siempre se pronuncia.

14. Con desprecio vi, que hacer realidad mis sueños, requería mudarme a otro cuento, no podía seguir aquí o mejor, seguir así, de qué otra manera me marcho de esta forma de vida ¿si no es muriendo? Era falso lo de la atracción de las cosas, eventos y personas a través de la buena vibración? O no ha sido suficiente? Ya todo fué dicho, cuento con mis intervenidas ganas de escribir y mi contradictoria comprensión lectora, para desahogarme, entenderme y alentarme. Nada más, cuento conmigo para ponerme fin o impulsarme.

15. En una abstracta simetría mental, logro concretar los restantes momentos de conciencia que insisto en ahuyentar. Que insisto en ahuyentar a la vez que anhelo conservar.

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