Como exprimiendo pulpa de penumbra,
la ciudad tiembla y se aquieta,
la luna arquera emerge lenta
y el viento despuebla su cumbre y su caverna
Estoy aquí, eco voluntario de soledades,
prisionero incontenible de tu rostro
frente a frente, la voz ahorcada
Tus pupilas, espadas que aúllan,
muestran agónicas tu amor incierto
pero mis manos, espirales nerviosas
aún presagian en tus labios anhelo
Permite, ahora, que tu camisa
alumbre tu piel serena, salvaje
y redime esta noche todo deseo hastiado
Te soñaré, tal vez nos soñaremos
Frangirás al fin el mar de cisne
Y saciaremos este hambre y sed
Que entre nosotros brutal fluye
¿Sellarás mi nombre descubierto en pálpito?
Y así, alguna vez, esta noche, será real.
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