HAMBRUNA

PRIMER CAPITULO

“En el bosque”

16 de junio de 1915

Desperté de inmediato con el ruido de un trueno, con los ojos medio abiertos me acerque a la ventana y lo único que podía ver era la tormenta que caía, el viento soplaba y mi cuarto se iluminaba con cada relámpago, volví a la cama y me senté sobre ella por un momento, no podía estar seguro si soñé o había sido real que había escuchado a alguien gritar ,me quede un rato pensando y de pronto lo volví a escuchar y en ese instante tome mis botas me puse mi camisa agarre el sombrero y salí a la puerta, era una gran tormenta, en ese mes de junio sí que llovía, estaba toda la tierra blanda y los ríos crecían.

Carecíamos de electricidad y lo único que teníamos eran lámparas que prendíamos con aceite, tomé una, la encendí y seguí los lamentos desesperados que llevaban hasta el arroyo, Si alguna vez has experimentado estar bajo una tormenta en el bosque entenderás que apenas y puedes respirar, el aire con el agua te ahoga. Seguí caminando, pero el lodo se acumulaba en mis botas y hacía difícil poder dar paso, hice el esfuerzo y continúe mi camino, era imposible ver con claridad, pero los gritos se escuchaban cada vez más cercas, entonces de un momento a otro los lamentos pararon y se convirtieron en llanto un llanto que hacía que mi corazón palpitara aún más.

No sabía lo que realmente estaba pasando ahí solo en medio del bosque alejado de casa con una lámpara que apenas funcionaba siguiendo los lamentos y gritos despavoridos de algo que en realidad no sabía lo que era, de pronto me empecé a llenar de miedo, de ese miedo que te paraliza que no te deja avanzar pesando en el por qué había salido de casa, de pronto me di cuenta que el llanto ya no se escuchaba.

El ruido del arroyo se escuchaba con mucha fuerza y en medio del lodo las ramas de los árboles, el viento y la tormenta me detuve al sentir una mano en mi hombro, mi cuerpo se petrifico y me mente voló unos segundos, paso todo por mi mente, quien podría ser o lo peor que podría ser. De pronto la escuche. Ahí estaba por fin llena de sangre, su falta su cuello su cara cubiertos de sangre una mujer enloquecida y con la mirada perdida de dolor y sufrimiento pedía ayuda, yo no sabía que era lo que realmente quería no paraba de llorar y lo único que podía decir era que la ayudara.

En ese momento no sabía que podía hacer, le dije que se tranquilizara pera ella estaba demasiado exaltada, entre llanto me dijo que su hijo había caído al rio y la corriente se lo había llevado, No había nada que se pudiera hacer era de noche la tormenta no cesaba y la corriente era fuerte lo más probable era que el niño ya estuviera muerto, La mujer lloraba tan desesperada que sus llanto me llegaba al corazón, verla sufrir de esa manera por la pérdida de su hijo hacia que mis lágrimas se mezclaran con el agua que azotaba mi rostro.

Pero había una cosa que no andaba bien, lo pude notar había algo más, ¿Por qué la mujer estaba cubierta de sangre? Me preguntaba tantas cosas que quería tener la respuesta para todas, entonces en ese momento la mujer se recargo en una piedra y comenzó a llorar apoyada en sus brazos, tenía un mal presentimiento, pero no podía ser claro si venia por la adrenalina de la situación o si realmente estaba algo mal, no podía regresar solo así, necesitaba respuestas, tenía que esperar que la mujer se tranquilizara para poder preguntarle.

De lo que si estaba seguro era que jamás había visto a esa mujer, debía haber caminado mucho tiempo para llegar a esa parte del bosque no pertenecía a los pobladores cercanos, venia huyendo de algo o de alguien, llevaba puesto un tipo de vestido blanco pero la parte de arriba estaba rota, como si alguien la hubiera jalado, el agua de la tormenta se mezclaba con la sangre en su rostro. De pronto se puso de pie y sin pensarlo se lanzó al rio, la corriente era tan fuerte que solo desapareció de mi vista, estaba temblando por todo lo que había presenciado y apenas y podía coordinar hacia dónde ir.

Apoye mis manos en mis rodillas recobre la calma ya no tenía tiempo para pensar y corrí de regreso a casa, era impresionante sentir toda la fuerza de la tormenta en todo mi cuerpo, estaba completamente empapado y mientras corría llegaba a mi mente la mujer, esa mujer bañada en sangre destrozada por la pérdida de su hijo y que al final solo así nada mas decidió ya no vivir, no sabía con exactitud cuento tiempo había pasado pero me sentía cansado y abrumado me recorría un mal presentimiento y me llenaba de ansiedad.

Al final estaba por llegar a casa pero note algo diferente, había algo raro en el camino, había huellas, huellas que no eran mías, pero eran demasiadas huellas que se agrupaban en lo estrecho de la brecha, mi corazón latía mas y más fuerte, no sabía lo que pasaba, ¿Que estaba pasando? primero la mujer y ahora esto, mi corazón latió más fuerte y un frio de angustia bajo de mi cabeza a los pies cuando vi a mi madre llorar fuera de la casa, estaba con la cabeza hacia abajo con sus manos cubriéndose el rostro. Corrí hacia ella y me abrazo y me dijo se la han llevado.

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