Mi nombre es Bob, y siempre he sido un peligro…

Mi nombre es Bob, y siempre he sido un peligro…

Adán Third

21/06/2019

Desde pequeño todos eran muy cuidadosos a mi alrededor, por cada lugar que pasaba se hacía un espacio. Todo el mundo me hacía reverencias y se apresuraban a atenderme. Luego entendí que todo aquello era por mi fragilidad.

Eran todos muy cuidadosos. Por cada lugar que pasaba se hacía un espacio, no por miedo ni por respeto, sino que para no ser un obstáculo, haciéndome imposible tropezar. Eran todos muy cuidadosos. Todo el mundo me hacía reverencias, no para rendirme pleitesía, sino para curar mis pies al caminar, para que mi camino fuese más largo que el predestinado. Pero fui creciendo sin entenderlo, odiando los cuidados, maldiciendo las lindas palabras, destruyendo los obsequios, renegando mi propio don.

Por entonces me volví un maldito idiota, analizando las evaluaciones sociales, trasvestidas de seudobuenas intenciones, poniendo en jaque la idiotez de otros idiotas, ya que no eran capaces de reconocer su propio estado. Corrompí a mi yo corrupto hacia la locura, camino largo cuya única conclusión fue agradecer haberla vivido.

Gracias a la peor experiencia de mi vida, pude darme cuenta de lo evidente. Siempre circundé la realidad, aprendiendo más que algunos, a cambio de sentir menos que pocos. Un diálogo permanente creía ser narrador omnisciente de la historia, mostrándome todo con claridad, a cambio de arrebatarme el sentir.

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