No hay un planeta B.
No podemos sacar la basura afuera.
Que mantengas tu auto limpio o tu casa, es como ponerte desodorante y fingir que te bañaste
El camión de la basura no es un mago que hace desaparecer los residuos. Es un transportador que lo lleva hacia otra parte, en donde no podés verlo y por lo tanto no te molesta.
Pretender que no vas a verlo jamás, también es una hipocresía. El mundo es lo bastante grande y amable para albergarnos a todos ahora, pero pronto se va a cansar de acumular plásticos y tóxicos en su cuerpo, de mantener nuestras estúpidas montañas de basura solo porque «no tenemos tiempo» para devolverle a la tierra lo que nos da, después de alimentarnos a costa de ella, para que vuelva a ser tierra. Solo porque no tenemos el valor para hacernos cargo de la estupidez que consumimos y ni siquiera somos capaces de llevarlas al lugar correcto. Solo porque es tan rápido tirar el «papelito» por la ventana, que se lo lleve el viento y ya está.
Solo porque un «paquetito» más no hace la diferencia, porque es pequeño.
Solo porque una «bolsita» más entre tantas que hay, no es nada.
Bueno, es un papel, un paquete, y una bolsa.
Comencemos sacando los diminutivos; porque esa misma insignificancia es la que nos dice que un individuo solo, tampoco hace la diferencia
Que una acción pequeña, es poco
Poco.
Poco es el tiempo que nos queda para revertir todo lo que venimos haciendo desde que empezamos a consumir como si las cosas apareciesen por arte de magia y desaparecieran del mismo modo.
Poca es la consciencia con la que tratamos a la naturaleza cada vez que usamos un control remoto con pilas para llenarnos de noticias que nos invitan a consumir más.
Poca es la sensatez humana que (¡POBRE!) no le alcanza con destruir el origen del oxígeno que respiramos,
sino que también tiene que contaminar el oxígeno.
Poco es el agradecimiento que damos cuando abrimos la canilla para lavar los platos.
Y poca es el agua que nos queda.
Poca es la responsabilidad que tomamos cuando todo se inunda.
Pocos son los árboles que dejamos vivos para apaciguar eso.
Poco es el valor que tenemos cuando miramos con los ojos cerrados como talan bosques enteros para intercambiarse billetes.
Y pocos son los bosques que quedan.
Poca es la empatía que tenemos por las aves y los peces que mueren con la panza llena de plástico.
Y pocas son las que se salvan.
Poco es el conocimiento que tenemos para protegernos de lo que va a suceder cuando la naturaleza se canse y haga huelga por su salud.
Poco es el frío que pasamos gracias al calor que nos da la tierra.
Y poco es el tiempo que queda
para que los glaciares se derritan
y los árboles se enojen
y todo lo que hay en el mundo
desde las abejas
hasta las cuevas milenarias
desde los murciélagos
hasta las cascadas
desde las mariposas
hasta el sol que nos observa
desde las playas
hasta las selvas
poco falta
para que todo
todo
TODO
se separe de esta humanidad que permanece dormida, y reaccione
para defenderse.
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