La confederación interplanetaria se encontraba en plena juventud de su existencia, pues se había fundado hace unos cortos 10 años.
Casi todas las civilizaciones del conjunto Milky Way -13.332 especies distintas- formaban parte de la organización, pero no todas, y entre ellas se encontraba el Humano, que ni siquiera sabía de la existencia de la confederación.
La función principal de la cofradía -Que había sido nombrada La cofradía para la seguridad interplanetaria- es la de regular y controlar una serie de normas dictadas y aprobadas por la cámara de representantes. La cámara de representantes está conformada por un miembro designado de cada civilización, que debe representar los intereses de su especie y abogar por el bien común.
— ¡No! ¡Eso es inaceptable! —Gritó el Lutatic a través del traductor universal— ¡¿Es que han perdido la cabeza?!
— Tranquilo — Se apresuro a decir el Arkanio— , no tenemos por qué decidirnos ahora. Se que es algo difícil de aceptar, pero es necesario.
— ¡Patrañas! Tanto tú como yo, y todos los presentes, saben lo peligroso que son los humanos. No pienso dar mi voto en esto—Sentenció el Lutatic
— ¡Cómo esperas una verdadera unión sin la aceptación! Si, los humanos son peligrosos, de hecho son los más peligrosos de todos, pero, ¿Qué daño nos pueden hacer? Su tecnología es primitiva —Opinó el Darkui.
— ¡Ingenuo! ¡No es su tecnología el problema! —Comenzó a gritar el Lutatic— Tú realmente no sabes lo que son ellos, ¿Verdad?, ¡Son seres anómalos a todo orden universal!, todas las especies presentes aquí tardamos millones de año en evolucionar a lo que somos, pero sin embargo su fuésemos a la tierra moriríamos. La tierra tiene muchos climas, ¡Muchísimos!, y ahí los tienes a los humanos, que en literalmente nada han evolucionado de forma colosal, ¿Tú crees que es normal? ¡No, no lo es! No hay forma de vida conocida que pueda adaptarse y evolucionar tan rápido como ellos, ¿Qué pasaría si desarrollaran la tecnología para viajar a otros planetas, como el tuyo y el mío? ¡Lo conquistarían! —Finalizó el Lutatic.
De repente se hizo un silencio en la enorme sala oval, seguido de leves murmullos.
— ¡Tiene razón! —Dijo un Imporen— Nuestra civilización los ha observado durante miles de años. En definitiva, son la raza que más rápido progresa.
— Concuerdo con el Lutatic —Opinó un Bomen—, los humanos son algo más allá al concepto de vida. No es algo natural, es algo… distinto.
— No tenía idea de que fueran tan letales… —Se retractó el Darkui— ¿Qué deberíamos hacer? ¿Atacar?
— No tiene caso —Intervino un Huliak— , sin importar que les pase, ¡siempre aparecen de nuevo! Los humanos de la tierra no son los primeros, ni los últimos. Hace muchísimos años, cuando el universo aún era joven, ellos ya estaban; pero sin embargo tienen un límite: jamás salen de su planeta. Siempre se extinguen antes de lograrlo, es como si el orden universal así lo quisiera. El verdadero problema es que logren salvarse y salir de su planeta, cosa que ya están haciendo.
— ¡Aún estamos a tiempo! —Balbuceó el Darkui—, ¡Por más que aparezcan de nuevo, tardarían millones de años en que se vuelvan una amenaza!
— ¡No es tan simple, ingenuo! —Interrumpió el Huliak— Los humanos son algo que se escapa a nuestro entendimiento, ¡No sabemos qué pasará si alguien interviene en su extinción! No es algo simple, ¿Quién en esta sala podría dar por sentado de que no se trata de seres trascendentales a lo que entendemos?
El silencio reinó la sala, nadie sabía que decir, y menos que pensar.Tras horas de debate llegaron a un acuerdo: el orden natural no debe ser desafiado.
OPINIONES Y COMENTARIOS