No seas tan ingrata, no vengas con tu vestido
y con tu piel acanelada a provocarme los sentidos
no tiñas tus labios de rojo, no te peinas de ese modo.
Será mejor que guardes distancia
no quiero aprovecharme de tu mirada
¡Que te alejes he dicho!
Si levantas más tu falda
provocarás que te haga una falta.
Me apenan estas palabras pero no encuentro salida
a este morbo que siento con tu valía.
En unos segundos solo estaremos tu y yo
tu amarrada en aquel rincón
y yo observando tu miedo y desesperación.
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