Los sentimientos no emergen fácilmente. La superficie es el ámbito más recomendable para quien los posee, pero no emergen. Un sentimiento en la superficie sana, pero en lo profundo duele. Por más noble que sea, por más humano, sagrado o pasional… un sentimiento callado, enterrado y no expreso, es dañino. Cada sentimiento no parido va lastimando con sus patadas el interior del alma, pero no emerge fácilmente. A veces, lastimosamente, los malos sentimientos tienen mayor capacidad de corte y rompen las barreras que los conectan con el mundo exterior. Lastimosamente también, los te quiero se ahogan en las profundidades del ser; te extrañé se asfixia; quería verte muere en el intento y un te amo se incinera antes de ver una pizca de luz.
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