El pájaro que busca

Estaba sentado al sol en el banco que ya era como mío, me sentaba cada mañana en él. Un pájaro se posó en una rama de la acacia.Buscaba comida, supongo. Lo observé. Desde una posición centrada de la cabeza, la giraba en centésimas de segundo deteniéndola en seco. Me preguntaba: ¿solo ve cuando la cabeza está quieta, y se le escapan los objetos durante esa rotación como un rayo, o es capaz de ver también en movimiento? ¿O es que esa zona que no abarca la vista en movimiento, ya ha sido estudiada por él en la quietud previa? Si no es así, si su vista no registra cada uno de los sectores barridos durante el giro de cabeza, ¿qué forma es esa de escudriñar, que va perdiendo parcelas, una tras otra, de la realidad visible? ¿Acaso esa especie está mal dotada para la búsqueda de sustento?

Fui al pabellón 6, al mostrador de la biblioteca. Iván, con su babi color diarrea salió antes de yo llegar, estaría aburrido. “El origen de las especies”, dije. Se fue adentro con parsimonia. Despistado entre los anaqueles, me preguntó de quién era la novela.

Pobre Iván, casi analfabeto y de librero en aquel triste sanatorio.