e tras un largo viaje se ocultaron y las creía perdidas, y volver, para volar como lo hacía antes, para volar como jamás en la vida.
Comencé por regalarme el más fuerte y bondadoso abrazo para empezar esta mañana, me dirigí a limpiar de mi rostro la tristeza, toda la amargura que en él se reflejaba, tomé una ducha caliente para desinfectar hasta la más profunda herida, y limpié todo el odio, el rencor, quité hasta el último recuerdo de que alguna vez fuiste mi vida. Dejé secar una a una mis heridas hasta que lograran sanar, esparcí por mi cuerpo el perfume perfecto, con esencia de libertad, quité las malditas cadenas que a la tristeza de tu amor me esclavizaban, y liberé cada promesa, cada recuerdo, cada momento de una vida pasada. Peiné incesantemente cada hebra de mis instintos, alacíe hasta el último cabello, hasta mis sentimientos más íntimos, saque de mi cabeza las ideas frustrantes que me dejaban congelada, y pulsé play, arranque el stop, estaba lista para mandarte a la chingada.
Caminé, busqué en mi closet, tome la mejor prenda para cubrir mi pensamiento, ropa de gala, mi anillo de diamantes, el mejor maquillaje para este magno evento. Mi mejor imagen deslumbrante para esta afortunada despedida, lo mejor en mucho tiempo, welcome to desterrarte de mi vida. Quería el color adecuado y usé el color de tu sufrimiento, por haberme engañado tanto, por hacerme perder el tiempo, me puse los zapatos más cómodos para recuperar todo lo desperdiciado, te fuiste y me olvidaste, te fuiste y te dejare en el pasado.
Antes de salir tan inspirada caminé hacia la cocina, tenía sed de olvidarte, de sacarme esta maldita espina, de poder remover esta maldita astilla que me quitaba la confianza, que aun siendo tan solo astilla, se me clavaba como lanza. Me preparé un té, tres dosis cargadas de una enorme esperanza, usé dos cucharadas de fuerza, toda mi vida, mis sueños, mi añoranza. Pasaron unos instantes y poco a poco el dolor de mi cuerpo se había esfumado, me sentía fuerte, imponente, anestesia local para este dolor localizado, muy lentamente mi corazón me dejó de lastimar, cada segundo, cada trago, estaba lista para olvidar, lista para borrar todo este trago amargo del largo libro de mi vida, y escribir mi cuento de hadas para olvidarte, olvidar esta maldita pesadilla.
Dispuesta a todo, tomé mi bolso y lo colgué a mi hombro derecho, lo llené de bellos motivos, las más grandes emociones, de hermosas cosas que nos impulsan, que iluminan nuestros corazones, cosas que nos hacen seamos mejores, rompiendo siempre todas las expectativas, con la fuerza interior que nos deslumbra, cargada con más de mil doscientas alegrías, ahora cuento con más de mil almas que me iluminan, ilusiones que sanan nuestros corazones, mis sueños, toda mi vida, para seguir me sobran razones, seguramente pensabas que sin ti me desvanecería, errores todos los tenemos, tú eres mi error, eres el error de mi vida; llene este bolso de todos los sentimientos de personas que siempre me han apoyado, sus sonrisas, sus palabras, las miradas de quienes están a mi lado, cada lagrima y palabras de aliento me volvían a la vida, y con tantos sentimientos en mis manos forme una muralla, mil veces más grande que la muralla china.
Caminando hacia el coche una ventana revela en mi rostro una sonrisa, mis brazos están abiertos, aceptando lo que fuera o lo que vendría, llena de inteligencia para destrozar situaciones, una fortaleza perfecta, respuestas donde no ha explicaciones; la erupción de mi grandeza, este místico combustible que me da la vida, muestra toda mi fuerza, mi fe, mi absoluta sabiduría, ahora solo quedaron éstas cicatrices que muestran las heridas del pasado, éstas que tú me dejaste cuando te fuiste de mi lado, pero he encontrado la mejor crema para desaparecer lo que alguna vez fue una herida, la mejor parte, no es que se hayan borrado, lo mejor es que tu saliste de mi vida.
Subí a mi carro y me vi en el retrovisor, le envié un beso a mi mirada, cerré la puerta y encendí el motor, suspire un momento, y pise el acelerador con todo mi coraje, muchas gracias por hacerme entender, que tú no merecías quedarte, que los tropiezos como tú solo me harán más fuerte y no hay de qué preocuparse, encaminada en el más lindo amanecer, por mucho tiempo mi más bello paisaje, así comienzo hoy mi nueva vida, así comienzo hoy mi nuevo viaje.
Hoy me levanté dispuesta a sonreír, a perdonar, a soñar, a no llorar, a estrechar mi mano fuerte con el presente y darle la espalda al pasado, a desdoblar de nuevo esas alas de ángel que por mucho tiempo había guardado, de estas alas que tras un largo viaje se ocultaron y las creía perdidas, y volver, para volar como lo hacía antes, para volar, como jamás en la vida.
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