Frente al mar
Me he puesto a llamar a Dios
Con mis angustias petrificado
Pero Dios no existía
El mar no existía
Mi voz no existía
Nada existía más que mi angustia.
He insistido
(Los locos siempre insistimos)
He tirado una a una mis lágrimas
Y sus ojos de agua
He escarbado uñas cielos almas
Hasta ensangrentar mí nada
Y me he dormido
Sollozante en mi locura.
Que febril esquizofrenia
La de hollarte la de crucificarte
Sabiendo que Dios y su Nada
No existen para los orates
Y yo soy uno de ellos
En mis neurosis.
0000
La nostalgia vaga tocando quenas en los húmeros
Oliendo a mar a gritos a buganvillas
En los parques húmedos de Tacna
Y las hojas secas del otoño parisino
La nostalgia muestra en sus encías
La ignota mirada de aimaras
Y los rasgos universales del tiempo
Sabe cómo ataviar la sencillez
De la hoz al cortar la hierba
y los enredados enigmas del internet
Enlaza crepúsculos encarnados
Con la longevidad de las caídas
La nostalgia llaga
Resucita
Poema.
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