Notas de Guitarra- Leef Alvarado
Empezaba a caer la tarde en casa Morales, era una familia distinguida por sus características fenotípicas distintivas, una era ser personas sumamente altas de estaturas superiores al 180 cm, además de ojos y cabelleras tan oscuras como una sombra en noche de penumbra, donde la luz de las linternas las muestra su silenciosa figura. Actualmente el único residente era José Morales, un joven no mayor a los 25 años, ya que sus padres fallecieron hace algunos años en esta misma casa, por una enfermedad desconocida pero letal. Su hermano se había ido a culminar sus estudios en el extranjero, así que era elúnico encargado de esta vieja choza.
José era muy asocial, se la pasaba solo en su casa tocando la guitarra de su hermano, que dejo extrañamente, pues era además de un gran reportero, excelente músico, Mientras José era un simple novato, que tocaba y tocaba, desde las 6 pm hasta las 11 pm, donde se cree que se iba adormir, pero solo descansaba para proseguir a las 1 am hasta las 3 am. Podría decirse que era insoportable para los vecinos, tantas horas y en ese momento era lo peor para el sueño, el cual conciliar nuevamente era tarea imposible. Todo por culpa de una guitarra vieja y polvorienta.
Tras una semana de este martirio uno de los vecinos, Julio Álvarez un joven de 19 años, pequeño de estatura, formido y de mal carácter,fue a quejarse con el joven, toco a la casa: ¡Toc, Toc! Pero sin respuesta. Nuevamente reitero el muchacho: ¡Toc, toc! Pero seguía sin respuesta, a lo que saco de quisio al hombre que empezó a dar golpes fuertes casi como si quisiera derrumbarla: ¡TOC, TOC! ¡TOC, TOC! ¡TOC, TOC! ¡TOC, TOC! ¡TOC, TOC! Y acompañado de gritos que denotaban el estado irritado del hombre: ¡SAL JOSE, YA NO AGUANTO TU ESPANTOSOS CONCIERTOS DE GUITARRA, SI AL MENOS LA SUPIERAS TOCAR, ¡PERO NO! SOLO DESAFINAS.
¡CRAC! Resonó el ruido de un vidrio roto que venía de la casa, tras eso una un minuto de silencio, lo cual asusto un poco al joven, que bajo de molesto ha preocupado, a lo que dijo: -¿Te encuentras bien?-. Pero una vez más sin respuesta, Julio estaba confundido, tomo el picaporte para abrir la puerta, sin darse cuenta que estaba húmedo, se reviso la mano y era sangre lo que había allí, cosa que hizo salir despavorido al muchacho inmediatamente de la casa, lo que continuo fue el concierto de guitarra horrenda, y otra noche de tortura se aproximaba.
Toco otra noche agonizante de música mal tocada por la tétrica guitarra, la cual se debe reconocer que fue mejorando poco a poco, sin dejar de lado mantener un grado de perturbación y tristeza cada nota. Manteniendo el mismo ciclo, 6 pm a 11pm, para descansar dos, milagrosas dos horas, para ser perturbadas nuevamente por el insoportable Guitarra que retomaba a las1 am y detenerse a las 6 am, era un circulo sin fin, sin sueño, son descansó, generado un malestar en el vecindario.
Al trascurrir los días, llego a la casa Morales un grupo de Jóvenes predicando la palabra, Tocaron la puerta; ¡Toc, Toc! Sin ninguna respuesta, repitieron una y otra vez ¡Toc, Toc! ¡Toc, Toc! ¡Toc, Toc! Pero sin ninguna respuesta. Cuando estaba por irse, la puerta se abrió ligeramente, a lo que los Muchachos pensaron que les dio paso y se adentrarona la casa.
Estaba oscura, a pesar de ser de día, las cortinas opacaban los rayos del sol, aun así se podía visualizar su interior. Muchas manchas por todos lados, paredes cayéndose, madera levantada, la casa era un caos, el crujido incesante de las maderas levantadas era levantadas era lo único percibidle, todo lo demás era un silencio inquietante. Sin embargo uno de los jóvenes se detuvo E interrogo: ¿oyeron eso? ¡Cronch! ¡Cronch! Era el ruido del piso de tablones en mal estado, este mismo joven valiente dijo: Perdone entrar de este modo, venimos traer la palabra de D…… Inmediatamente el Ruido fue más fuerte como si corrieran a perseguirlos, -¡CRONCH! ¡CRONCH! ¡CRONCH!-………….. Y luego reino el silencio por unos minutos, los jóvenes se dirigieron atemorizados a la puerta, pero antes un ruido hermoso y triste de guitarra los acompaño, parecía una canción de película cuando el héroe fallece tras cumplir su misión. Y un espantoso olor se apodero del lugar, lo cual no dejo que los jóvenes pudieras apreciar un poco más la música.
Al salir, contaron su experiencia a la vecindad, que no soporto mas y fueron todos a ver qué es lo que ocurría allí dentro, Eran como 8 personas, todos hombres fomidos y cansados de los conciertos nocturnos de José, se dirigieron a la casa la puerta la cual estaba extrañamente abierta, a lo que todos pasaron con sus linternas encendidas y atravesaron las aterradoras y mugrientas salas, hasta llegar a lo que parecía una habitación iluminado por velas, pero tenía que descender unas escaleras viejas y sueltas.
Bajaron lentamente, acompañados ¡Cronch! De cada viejo escalón, mientras se introducían cada vez más se escuchaba la misma triste y maravillosa melodía que lo muchachos comentaron, mas bajaban, más fuerte se escuchaba, Hasta que llegaron al sótano, y la música paro, pero el estado de cada uno cambio, estaba el que se creía en el extranjero hermano de José mutilado en la pared, y por lo visto tenía ya días allí, no pegaba el olor putrefacto de carne en descomposición, pero las parte todavía chorreaban la sangre mientras estaban clavadas en la pared, tras quitar si vista de aquella horrenda escena, la habitación parecía una cámara de terror, habían dos ataúdes negros, simbología demoniaca o desconocida, Y un mueble con una sombra en frente la cual empezó a tocar la guitarra una vez más, era la misma música triste pero bella, mientras que de los 8 vecinos solo quedaban 4, seguramente los demás salieron corriendo a toda velocidad. Aquella figura era José Morales el cual dejo e tocar y dijo sin quitar le vista de su hermano:
-Se dice que la música calma a las bestias, pero mi alma un lo desea, ese crujir, ese color, ese olor, nada puede calmar esa sensación, veo que la música no calma a las vestías, sino duerme a sus preseas.-
En ese momento la gente salió despavorida de la casa cuando un relámpago cayó en esta incendiándola. Lo último que se oyó de José fue las notas de esa canción de guitarra, tan hermosa y triste a la vez, resonó y resonó hasta que la casa se quemo, y enlos restos de hollín y carbón, solo la guitarra se salvo, si sufrir ni un rasguño.
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