Ibas caminando a tu destino errante, Fernanda, chica de actitud imponente, sonrisa atrayente, alma imprescindible, alma inexistente… Nadie quería que tu historia termine de esa forma, Fernanda… Estamos tristes. Cada quien carga con una mochila llena de problemas pero la superación de esos nos hace lo que somos hoy. Pero vos Fernanda, no pudiste llegar a la superación del problema que se te presentó ese día.

El calor no te detuvo, los kilómetros te decían que no lo hagas, Fernanda, pero tu alma ya estaba decidida a hacerlo. Los parajes de esos pueblos caminados te rogaban que no lo hagas, pero en tu mente, en tu mundo un poco difuso por el alcohol, vos ya lo habías hecho más de una vez. Vos lo sabías Fernanda, la gente que te quería, y la que no, nunca hubiese querido que tomes aquella decisión, pero vos Fernanda ya habías abrazado a ese árbol tan lejos de todo, desde ese día y para toda la eternidad. Dejaste huellas imborrables en todos los caminos que tomaste, pero a pesar de todo… Estamos tristes Fernanda.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS