Ahora cuando están apunto de cerrarse las persianas ante los luceros, de cerrar el candado hacia el camino, de apagarse las luces y enmudecer los sonidos es cuando descubres la intensidad de lo vivido.

Antes andabas, corrías, cantabas, llorabas y reías pero es ahora cuando le das luz, ojos y energía a todo lo que vivías.

Ahora cuando el telón se está bajando es cuando oyes más fuerte los aplausos pero también retumba más fuerte los errores en tus pasos.

Ahora es cuando gritas, lloras, disfrutas, padeces, ríes y saboreas desde las raíces de tu pelo hasta las uñas de tus dedos. Ahora…

Ahora es cuando tus pasos arrastrados brillan, saltan y descubren que es mejor no pararse, ni permanecer encima de una piedra con punta cortante.

Descubres que siempre, puede finalizar mañana, en una hora, en un minuto y tomas bocanadas de aire que te hacen sentir más vivo de lo que nunca soñaste.

Temes a cuando cesen los aplausos, el dolor, sientes rabia e incluso pactas tiempos perdidos y piensas que, cuando partes hacia el exterior, siempre hay gente ayudando y te espera fuera mucha luz y unos brazos, pero no sabes si cuando el viaje va a un lugar desconocido, habrá luz, alguien o algo esperando.

Ahora te aferras a la vida, vives los sueños, cantas a pleno pulmón, descubres corazones que antes ni miraste, lloras con el alma, ríes desde el corazón, sueños con lo posible y le das color a lo imposible. Descubres en tu interior capacidades anestesiadas, escribes, pintas, compones y sobre todo amas. Ahora ….

Ahora tu camino tiene brillo aunque al final haya oscuridad, ahora vives, vives ¡Vives!. Das tus pasos con las sonrisas más amplias, abrazas, das fuerza a los que te rodean, extiendes los brazos hacia la nada y respiras.

Ahora que eres infinitamente más débil, se te ve más fuerte.

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