¿Cómo Estás?
.
Rozados por paredes de un acantilado,
de tres años de ancho,
acabamos suspendidos por la roca negra,
mitad mía de ruina,
cargándola yo como lacra, imagen falsa.
.
Tendidos acabamos,
colgados y tensos, por tu mano de súplica,
hacia un dividido,
aullante, confundido e incapaz corazón
que era sólo mío.
.
Me solté de tu brazo sin dirigir palabra,
y caí con mi carga,
mientras otro corazón y palma te prendía,
alejándote fuera,
a mejores horizontes de marca honesta.
.
Y ahora caminas
de su mano y recuerdas aroma, esencia,
que hacía tres años,
tú habías olvidado y acongojado
por mi perfil manchado.
.
.
.
“¿Cómo estás?”
.
Estoy arrojado en el acantilado,
de tres años de ancho
cayendo y acelerando.
.
Hace meses que la luz se ausenta,
que el aire niega su roce
y la roca bruna late evaporada,
devorada por mi y estas tinieblas.
.
Pero sé que sigo cayendo,
sin quebrarme aún en el suelo,
a veces consigo oír tu ecos:
“¿Cómo estás?”
.
.
.
Sigo cayendo en esta gravedad nula
que es tu memoria y vacío,
a veces pienso:
.
Déjame morir,
déjame quebrarme,
llegar al final de este suelo y acantilado
de tres años,
con más nubes que rayos,
de un Sol que parece haberse olvidado
de sus hijos.
.
A veces lo pienso,
porque no encuentro sentido,
a esos ecos que vuelven a resonar en este acantilado,
de negro pintado por 1095 días.
.
¿Por qué te vuelves a asomar?
A esa etapa de tu vida,
donde los colores se han resquebrajado,
en arenas de Tiempo,
que sólo forman dunas negras.
OPINIONES Y COMENTARIOS