Mi pequeña hermanita

La siguiente obra no es recomendada a menores de 16 años. El autor se deslinda de cualquier daño producto del mal uso del contenido de la misma. Lea bajo su propia responsabilidad.

Prologo

De pelo negro, oscuro como la noche, tan largo que le llega a sus caderas. Facciones delicadas, pómulos que apuntan y una piel café como el más puro de la cosecha. Todo esto hace juego con una voz delicada, clara que acompañan los labios pequeños, una variedad de detalles que harían mach y vida fácil a la mayoría de las chicas…si no fuera porque es una retraída social.

Todos los días es la misma rutina que el día anterior; dormir, comer, jugar, leer, dibujar volver a comer y dormir para más tarde repetirlo todo al día siguiente. La rutina de nunca acabar, pues de eso ya han pasado 2 años desde que empezó y por ahora no se ve mejora alguna. Claro que los intentos de sacarle de su cuarto no han surtido efecto -aunque otro caso es cuando se usa la fuerza, ello no basta para que vuelva, siquiera, a hacer algo productivo por si misma

“Hikikomori” le dicen…la enfermedad del siglo XXI, o bueno, eso según su lugar en que se denomina, TAS, Agorafobia o trastorno de personalidad por dependencia… cual sea el más apropiado para ella, algo está claro, socializar nunca fue lo suyo.

Es obvio que antes no era así, en su mejor momento era una chica bastante atractiva, aunque retraída y con mucha dificultad para entablar una conversación, su mayor problema era que todos le tenían miedo. No los culpen…cualquiera lo tendría al ver acercarse una persona, ¡de más de 2 metros!. Claro sus rasgos faciales no ayudan debido a la falta de estimulación emocional y el casi nulo uso de la gesticulación por ya más de una década.

En un principio era fácil…me decía que era cuestión de tiempo en que ella se volvería mejor para socializar, que quizá tras ver que no puede depender de sí misma en la vida sin ayuda de nadie, le haría forzarse a adaptarse, eventualmente. Pero poco a poco se fue volviendo más y más retraída, al punto en que dejó de ir a la preparatoria. Ahí empezaron los problemas, cuando no salía de la casa o su habitación por días –que hacerlo para ir a comprar dulces o comida no cuenta- .

Pero es mi hermana, mi pequeña hermanita…así que haré lo posible por hacer que se pueda valer socialmente por sí misma algún día.

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