Imperfectamente perfecto

Estaba sentada en una habitación oscura, sola, llorando mares por sus ojos mientras pensaba en lo perdida que estaba y en cómo demonios había llegado hasta ahí. Pasaban horas, días, pasaron incluso meses y ella seguía allí, encerrada, sin esperanza.

Depronto, un día, la puerta de esa oscura habitación se abrió un poco dejando ver lo que parecía ser la silueta de otro ser humano, un chico, quien entró a la habitación, la saludó, y esta se alegró de tener cerca a otra persona.

Por un tiempo hablaron y se conocieron. Pasaban los días y hablaban más y más, mientras se conocían. En ese proceso, ella descubrió que él también había estado solo por mucho tiempo, en una habitación oscura igual a esa, pero que un día logró reconocer lo que era una puerta, esta llamó su atención y así fue como llegó a hacerle compañía.

Mientras pasaban los días, la habitación en la que ambos estaban, la habitación oscura, se había iluminado poco a poco; uno era la luz del otro, uno ayudaba al otro a encontrar su camino; era algo tan bello que ninguno se volvió a sentir solo, nunca más.

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Este es un pequeño relato resumiendo la historia de amor más bella que haya conocido, no es un cuento de hadas, no es un fan fiction, es una historia real, pura e imperfectamente perfecta.