me he quedado en silencio, bailando a oscuras, con memorias viejas y dulces amarguras, preguntándome a donde voy.

si me engaño, si me defraudo, si apago las luces y corro a la cama a cubrirme con las cobijas, lejos del mundo para que nadie ni nada me toque, ni siquiera el diablo pueda alcanzarme.

y es entonces que ruego por mi alma, que siento que si puedo levantarme podré hacer cualquier cosa, que si salí de las arenas movedizas más de 30 veces también podré alcanzar el cielo.

y luego me ataca el infierno que llevo dentro, y me arde y me consume

¡Auxilio! HE GRITADO.

mientras escribo mis duelos a rastras, sobre el suelo, quitándome la piel a pedazos para que se vayan con ella la suciedad, la deshonra, la sangre.

cierro los ojos con mi cabeza entre las manos, y el mundo me da vueltas alrededor, soy frío, soy invierno, pero llevo el fuego en las manos. Corro dando tumbos por toda la habitación, pero duermo temprano para evitar ver la luna.

Quien me ha dejado en pedazos, se ha ido. Pero sigue aquí. Soy yo. Soy el. Soy ella.

Soy todos.

AUXILIO! He gritado.

y sólo mi propia voz me responde.

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