Me contaron que tú me amabas, me contaron que yo te molestaba, aún me es difícil de creer que yo tuviera un amigo tan fiel como lo eras tú, un perro tan leal, el guardián de mi cuna a toda hora, mi ángel de la guarda personal, todo eso eras para mí, todo eso y más.

Yo era aún un bebe, cuando mis padres te llevaron a casa, por eso no recuerdo como eras cuando solo fuiste un pequeño cachorro, no conservo fotografias tuyas, no te sientas mal, no tenemos fotografías de ninguna de nuestras mascotas de cuando era niño, no porque no quisiéramos, sino porque nunca logramos conseguirlo, no teníamos dinero para una cámara y mis padre no querían gastar en tomarle fotos a un simple perro, lo lamento chico, así son las cosas.

No recuerdo nada de lo que vivimos juntos antes de que yo cumplirá 7 años, pero si recuerdo todas y cada una de las historias que nuestra familia me contaron sobre ti. No sé lo que le viste a un mocoso como yo para que te encariñaras de esa forma, pero te agradezco que cuidaras tanto de mí.Mi tía me conto que en cierta ocasión casi la muerdes solo porque me hizo llorar, eso fue un poco exagerado no crees, después de todo me dijeron que fue culpa mía por desobedecerla.

Sabes que mi madre me decía que cada noche dormías junto a mi cuna, y siempre vigilabas a cada persona que se me acercaba. Estabas al pendiente cuando me bañaban, cuando me cambiaban los pañales, cada vez que lloraba corrías a buscar a alguien para que me alimentara, o intentara hacerme dormir de nuevo.

Me contaron otra historia, sé que tú eras un perro muy fuerte, eras un espécimen maravilloso, pero no eras un caballo, para que no me dejaras montarte como si fueras uno. Cada vez que escuchaba esa historia, reía sin parar, saber que no te molestaba tener a un engendro como yo en tu espalda, jalándote las orejas y golpeándote las costillas con mis talones, y que tú me lo permitieras sin molestarte, o siquiera quejarte.

Se lo que hiciste, cuando mi madre me llevo por primera vez a la escuela, sé que escapaste de casa, y me buscaste en cada sitio, en cada rincón, solo para encontrarme, y seguir cuidando de mí. Gracias a Dios regresaste pronto, al verme, saltaste sobre mí y me lamiste toda la cara, ¿Qué tanto amor podías darme?

Todos tenemos días difíciles de vez en cuando, no se puede reír todo el tiempo, un mal día siempre nos llega. Creo que tenía 10 años cuando regrese a casa molesto, no recuerdo bien la razón, el tiempo ya borro ese recuerdo, o acaso fuiste tú. Arroje mi mochila al piso, y le grite a cada persona que intentaba acercárseme, quisiste saludarme, y en vez de eso te encontraste con una patada, te golpee tantas veces, pero no te fuiste, estuviste conmigo hasta que logre calmarme, con la cola entre las patas, y la cabeza agachada, te acercaste a mí, tocaste mi mano con tu nariz, empecé a llorar, me puse de rodillas y te abrase con fuerza.

El tiempo sigue transcurriendo, la vida pasa, todos estamos envejeciendo, nada es eterno, y algún día tenías que dejarme. Káiser, ya eres un perro viejo, los años se te notan en el rostro, ya te es difícil ponerte en pie, o tan siquiera mover la cola, y aun así, aún veo en tu rostro, aquel cariño protector de siempre, aún insistes en ponerte en pie y jugar conmigo, aún duermes junto a mi cama, preocupándote de que nada malo me pase, todo acaba, todo tiene su fin, no quiero decirte adiós, no quiero que me dejes, pero tampoco quiero seguirte viendo sufrir.

Mi madre se acerca a él, se sienta a su lado y acaricia su cabeza, en un susurro ella le dice al oído – ya has hecho suficiente, le has dado todo el cariño que necesitaba, descasa en paz, y gracias – Esa misma tarde lo enterramos, fue un día gris para todos, nadie pudo contener las lágrimas y las dejamos correr con libertad. No podías irte sin pedir permiso, verdad,no podías irte sin despedirte, eres un perro y no puedes hablar, pero tu mirada de la noche anterior nos lo dijo todo.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces, muchos otros perros ha pasado por nuestras vidas, pero ninguno como tú, no hay, ni jamás habrá otro como tú, eras único, especial, un compañero incondicional que no se encuentra en cualquier lado. Pronto será el momento en que yo deje este mundo, no sé si iré al mismo lugar en que te encuentras tú, no sé si te encontrare, o tú me encontraras a mí, hasta entonces, espera allá arriba, espérame para que podamos volver a jugar juntos, espero poder llegar hasta donde estas… hasta pronto, mi buen amigo, hasta pronto, mi fiel compañero, hasta pronto, mi amada mascota, mi buen perro, hasta pronto káiser, pronto te volveré a ver.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS