Ese lugar sombrío. ¿Sentir o no sentir? Ni siquiera dudes cual es la respuesta.

Ese lugar sombrío. ¿Sentir o no sentir? Ni siquiera dudes cual es la respuesta.

Cecilia Saromé

18/04/2019

Hacerse cargo duele. Tantos años, no sé cuántos, adopté un patrón, o quizás ya internalizado desde siempre. No podría decirlo.

Una situación peculiar mató parte de mi corazón, desde ahí me prometí no sufrir más, lloré en cantidad, me dolió tanto por favor, padecí tanta incomodidad, todo era un colapso.

Tomé una decisión, no arriesgar al corazón, tener el control, lastimar para no ser lastimada. Decidí evitar el displacer que sin quererlo era placer, que el amor estuviera ausente, no permitir dejarme querer, temor a querer por miedo a perderlo y así al abandono. Mi deseo era evitar el compromiso, una especie de fobia, rara, porque en mi mente eso significaba dolor, no dejarme acariciar, prefería escapar, volar como tantas veces me obligaba, soltar pero sin atravesar…

Sólo me proponía pensar y no sentir, me volví un ser completamente racional, ¿Si me perdí muchas oportunidades? Sí, muchas. Una noche, como olvidar ese caos, fui consciente de que me sentía por fin bien con alguien, pero mi mente se empezó a contaminar, de nuevo, vomité odio, si, odio. Lastimé tanto al otro, que vi todo. Insistí en el perdón, en llamar, como si nada hubiera pasado, y no, esa noche había pasado lo que mi mente eligió. Escapando volví a llorar, se me empezaron aparecer todos los fantasmas, mis monstruos, ese lugar que nadie quiere entrar, caí en la cuenta que estaba aterrada, muerta de miedo. Aprendiendo estoy que huir, evadir no resuelve, sino que el mismo monstruo asechaba sin piedad. Terror de hacerme cargo de todo eso, porque hacerme cargo era tremendo, era más doloroso y creí que al hacerlo no podría soportarlo, pero ¿Sabes qué? Era necesario y sanador. Para no convertirse en una víctima de la vida y ser responsable de elecciones, y de decisiones tomadas. Llámale Karma o como elijas. Ésta vez decidí quedarme .

Abracé ese miedo. A veces no hay vuelta atrás, pero si modifica el presente. Me dije “esto no será sencillo”, implicaba renunciar a mí roto yo… Me ofrecí compasión, tanto tiempo creyendo que estaba bien, y el cuchillo era cada vez más filoso. Me sentí una pobrecita casi dándome lástima y pidiéndome perdón por tantos años de desconsuelo silencioso, hoy me quiero quedar, no salir corriendo, no herir, no herirme.

Mi mente eligió perjudicar y yo fui dañada, el campo energético negativo se volcó hacia mí y me expandió.

A vos que estás leyendo… ¿Qué te recomiendas, sentir o no hacerlo? Ni siquiera dudes cual es la respuesta correcta…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS