Pasión bajo las sábanas

La conexión como una fuente de luz a primer roce de sus manos; ella era una mujer que lograba levantar miradas de aquellos hombre que la observaban de una manera sencilla, sin morbo, totalmente limpia.

Una mañana aquella mujer que había sido misteriosa para la mayoría de la población, logró generar una conexión extraordinaria en aquél hombre de piel color chocolate, ojos color café oscuro, y una sonrisa totalmente blanca; ella no sabía de qué manera poder esquivar esa mirada que le causaba cierto temor, cierta desconfianza. Sin pensarlo aquél hombre se le acercó lentamente y ella sin saber a dónde dirigirse le dijo:
– Hola, cómo estás? – Dijo el hombre de chocolate nombre que ella le puso en ese momento.

Temerosa desde el momento que se le acercó, con un tartamudeo dijo: –
– Hola! Muy bien gracias, disculpa me tengo que ir.
Fue un momento totalmente lleno de ilusión para ella, y a pesar de lo nerviosa que estaba, no pudo contener la sonrisa en su rostro mientras caminaba y pensaba sobre la existencia de aquél hombre que le había robado el corazón.

Pasado unas semanas, la mujer misteriosa regresó al lugar donde había encontrado esa paz, paz que le habían robado hace tiempo. Esperó sentada un par de minutos esperando encontrar al hombre impresionante que había logrado llenar de luz aquellos ojos apagados; pasaban los minutos como segundos para ella, y no logró verlo.

Triste y pensando que ese momento había sido una imagen producto de su imaginación, se retiró devastada y con la cabeza abajo. En el momento que ella cruzaba la calle para tomar el bus rumbo a casa, sintió una mano suave y fuerte a la vez que la detenía, sí era el chico de inexplicable identidad, ella volteo y sonrió.

Aquél hombre sin esperar más le dijo:
– Vamos por un café, te hace falta.
Sin que ella antes pudiera rechazar la propuesta, la tomó de la mano y caminaron por aquél andador lleno de luces…