Él siempre estaba soñando; o almenos eso me hacia creer. En medio de nuestra pobreza , parados sobre un piso de cielo, en el cùal siempre estàbamos imaginando que podrìamos ser màs que unos adictos al crìstal; èl ,26 yo, 17. Vivìamos en una motorhome abandonada lejos de todo. Èl era huèrfano y a mì se me murieron mis padres cuándo tenìa 7 y entonces anduve vagando , hasta que lo conocí. Caminábamos bastante, siempre tan solos y sucios , llenos de hambre , sueños y tristezas, yo creo que por eso èl se preocupaba y se convertìa en un mimo , en un payaso, en una marioneta , pienso que de alguna manera èl se sentía con la necesidad de cuidarme , que nada màs pudiera hacerme daño, quizá era su forma de calmar mis penas que no eran màs que las de èl; yo me sentìa como un niño; Sustentàbamos el vicio recogiendo latas de aluminio y botes de plàstico, siempre que yo encontraba una lata Èl me decìa , -!»lo encontraste caper, lo encontraste!-. Y entonces me arrancaba una sonrisa, me hacìa cerrar mis ojos sin que pudiera yo intuirlo,y me hacia volar arriba de un barco, parada sobre la madera mojada, podìa sentir el frió mar chocando sobre mi rostro, y cuàndo abrìa mis ojos, èl me estaba mirando con un gesto de tristeza y felicidad al mismo tiempo, los silencios se abrían y seguíamos buscando oro. Llegábamos a casa después de tanto andar y nos sentábamos en el sofá viejo, listos para viajar sin improvisar tanto.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS