Mirarme en el espejo
Roto, y lleno de polvo, con mis recuerdos
Tristes y alegres, donde las mentiras
Junto con el polvo y la sangre de mis lágrimas
Siguen ahí presentes…
Mirarme, es un castigo cruel
Donde mis fracasos, duelen, y siguen lastimándome
Cortando mis venas, para derramar mi sangre
Sucia e impura, que me ha hecho daño
Envenenado mi pobre corazón.
En el espejo viejo, miro mi insignificante rostro
Lleno de ojeras y lamentos que no duermen
Pero en mi cabeza viven para siempre
Como una llaga que destruye el alma
Mientras lloro al verme ahí, solo, triste y maldecido
Como un engendro al cual las personas
Le arrojan agua, para ahogarme
Y lentamente, matarme, hasta no poder respirar…
Con mi propia sangre, la que cae de mis ojos y mis venas
Mientras miro el espejo, dibujo una sonrisa
Para fingir que estoy feliz,
Pero en el fondo, estoy muy cansado
Y quisiera con mis propias manos
Romper este maldito espejo
Donde mi sonrisa, junto con mis lagrimas
Ya no soportan mas
Esta vil crueldad
Donde el desamor profundo
Me ha condenado
A morirme solo, mientras otros pueden
Tener quien les acompañe en las alegrías
Y en las penurias, pero, yo estoy solo
Con mi propia sangre dibujada en mis labios,
Una sonrisa que me esta matando
Lenta y dolorosamente en silencio.
F: “El Poeta Triste”
Luis Beneras.
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