Me atrapó,
destrozó mi coraza.
No la registré en un principio y ahora solo pienso en ella.
Sus manos me tocan y mi piel arde,
Quiero decirle que la amo. Me aguanto.
Su boca me besa y mi corazón late,
late más fuerte que nunca. Ella lo siente.
Tenes una arritmia bromea.
Y tengo miedos, inseguridades
y una bola en pecho que me aprieta y me deja sin aire
y solo se va cuando me encierra en sus brazos.
Todo pasó tan rápido que no pude anticiparlo.
De estar solo, tranquilo ahora tengo alguien a quien temo perder,
que desaparezca y se esfume y sea un sueño, el mejor de los sueños.
Pero puedo sentir su piel, tan suave y cálida,
pero todavía huelo su aroma en mi cama.
Y la escucho hablar, por Dios, como me gusta escucharla hablar,
sus cambios de tono, su voz tierna cuando me dice cosas lindas,
su risa a carcajadas cuando le hago cosquillas,
su voz afónica cuando hacemos el amor,
sus insultos cuando está enojada.
Y la miro, cierro los ojos y la sigo viendo,
con su ceja izquierda cortada,
con sus labios sin piel por su tic de morderse,
con sus miles de lunares,
el pequeño y casi transparente sobre su labio superior
y el grande y oscuro en su pelvis.
Ambos sufrieron mis besos.
Y sus besos que me desesperan,
quiero que sean eternos, que su lengua viva dentro de mí,
y esa arritmia que golpea y golpea
y terminar con su cabeza en mi pecho cuando todo es calmo y me siento en paz.
Yo no quería,
yo no sabía que aún tenía para dar, y le quiero dar todo;
sus sueños, sus alegrías,
quiero combatir sus miedos y protegerla de todos sus temores.
Quiero decirle que estoy a su lado para lo que necesite,
que lo que siento por ella es amor del más puro y sincero posible,
que gracias a ella volví a sentir.
Pero mis miedos vuelven,
¿y si ella no siente lo mismo? ¿Y si se cansa de mí?
¿Si no llego a cumplir sus expectativas?
Y me desmorono.
Y me encierro de nuevo, pero esta vez sin coraza,
y duele y me pierdo, y la veo alejarse,
le tiendo la mano y no la alcanzo.
Ya no la siento, y ya no la huelo.
Le grito y no me escucha, tampoco la escucho a ella,
se desvanece, pero no lo que siento.
Y todo se pone negro,
Y me vuelvo chiquito y ella ya no está.
Y mi arritmia,
mi amada arritmia, tampoco.
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