La sombra de la ausencia

La sombra de la ausencia

Rebecca Alarcón

01/04/2019

Despierto cada día pensando en él, aquel que fue el amor de mi vida.
No sé cómo hacer para sacarlo de mi cabeza. Las lágrimas en mis mejillas, los recuerdos dolorosos y ese hueco en mi pecho insisten en quedarse junto a mí.

Aún con todo y tanto daño que me causó en presencia, en ausencia se asemeja igual.
Me duele su ausencia. El dolor que tengo ahora no se compara al de un corazón roto, eso supondría que quisiera su regreso. Y no. El dolor que provoca que su cuerpo este lejos del mío es similar al dolor de la injusticia, como la rabia que corre por las venas de quien tiene sed de venganza.

Cuando decidí sacarlo a patadas de mi vida no tomé en cuenta que junto a él también se iba parte de mí. Mi trabajo, mi rutina, mi apetito, mis vicios.
Quién lo iba a decir, que la separación que necesitaba me iba a traer un breve episodio de depresión.

Las cosas que no entiendo de esta vida se reflejan evidentemente en él.

Mientras yo atravieso un episodio de depresión pensando en su ausencia y cómo me dañó de todas las maneras físicas y psicológicas posibles, sin un empleo, con ganas de, literalmente, comerme todo, él va avanzando en su carrera profesional, en su salud y en sus relaciones interpersonales.

Y aunque no quisiera victimizarme, pues nunca fue la idea, es cierto que las maneras que ambos tuvimos para lidiar con el duelo fueron completamente distintas.

Por eso tengo rabia, pues aún después de estar lejos de mí, sigue teniendo poder de influencia sobre lo que pasa aquí, en mi interior.

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