DE RUIDOS A MELODÍAS
Que lo subjetivo no atente el equilibrio. Que lo sentido no sea retenido y esa forma no pueda con aquel fondo. Que el cemento se derrame sobre el suelo, cuando la naturaleza se encuentre creciente. Si es sabiduría el silencio, que nunca se confunda con la omisión. Que lo de uno sea tan fuerte y grande que abarque a todos. Que aquel ruido deje de crecer cuando comienza a hacer daño y el daño sea una concepto difícil de pronunciar al punto tal que alguien nuevo, no sepa de qué hablar. Que la diferencia SEA para crecer y no para retroceder. Que alejarse sea para aprender y/o ampliar, no para evadir y/o no afrontar, porque la forma de describir lo que se siente en el agua, es únicamente tomando la iniciativa de mojarse. Que la sombra se sigua diferenciando de aquel rincón al sol, en tanto así siempre habrá un lugar fresco y abra un lugar de calor, sin querer uno ser el otro, respetando que ante el crecimiento de uno, haya lugar para que crezca el otro, si así no fuera entonces ninguno habrá crecido. Cada rama es distinta y el árbol resulta bello en su TODO, la mirada no pesa sobre una de ellas, sino sobre lo que ellas forman juntas, habrá alguna que pueda estar dañada, seguramente tendrá a otra de ellas para apoyarse antes de caer. Quien se guie por el DEBER no entenderá porque cumplir, pero quien se guie por el SENTIR, tiene el DEBER que se convierte en NECESIDAD, DE ACCIONAR. Se le han asignado actitudes para tal fin, que lo haga con respecto, compasión y sinceridad de manera ininterrumpida, que en ese momento NADA sea para él, aunque la lógica se lo hará volver. Que el valor del Sol y la Luna sean comprendidos por todos y de esta forma se pueda aprender a disfrutarlos desde un sentir tan cercano que se sobreponga a la distancia que media con ellos, el LIMITE DEL AMOR, ES EL LUGAR DONDE PONEMOS NUESTRO SENTIR. Que la locura se haga visible, NO se transmita y en lo posible conforme el diseño curricular para la educación inicial, con el fin de poder desarticularla con el mismo conocimiento con el que la creamos, ojala quien de esa materia sea mínimamente alguien que haya aprendido a respirar, respete su inhalar y exhalar .
Que el depósito material de la abundancia sea un gran corazón, el que debería ser portado por un gran transmisor. Lo que abunde debería ser RESPETO Y AMOR y allí es donde LOS RUIDOS empezaran a convertirse en GRANDES MELODÍAS.
AVANTI SIEMPRE
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