Reconociendo la sombra

Siento, muchísimo. A veces siento también que tengo que callar esos sentimientos, que no son aceptados en este lugar, que no son oportunos, que no son lógicos.

Me culpo, por ser rara, por ser distinta, por sentirme así, y siento más. Y aquel espiral de sentimientos no bienvenidos ahogan cualquier intento de entrar en razón, y la resistencia a sentirlos se hace más grande, hasta que la fuerza que hago por evitarlos se atora en mi garganta, en la boca de mi estómago y empuja agua hacia mis ojos, malditos ojos. En este momento me odio a mí misma, por llegar a esta situación, por perder el control. Todo mi presente se achica a este momento, a esta incomodidad. Me olvido de todo lo que soy, de todo lo que doy, de todo lo que recibo, solo existe esto.

Respiro.

En un instante de lucidez, pienso que quizás, sólo quizás, mi manera actual de ver las cosas no estén siendo la única manera de percibirlas, capaz que por ahí, sin saberlo, existe algo más dentro de este pozo que no soy capaz de apreciar, algo bueno.

Inspiro profundo y en un intento de salir de este estado llamo a esa persona, esa voz que sé que no me va a juzgar, que sé que me quiere sin querer cambiarme, que me ama incondicionalmente. Muchas veces la veo en los espejos.

Le cuento lo que estoy sintiendo, trato de exteriorizar todo, con la voz quebrada, como puedo. Me dice que sentirse así no está mal, que a todos nos pasa, sólo que nadie lo muestra. Que todos nos sentimos así en algún momento, raros, solos, tontos, pero que ese pozo transitorio no representa todo lo que somos, sólo una pequeña parte, muy pequeña. Me enseña también que es necesario reconocer esa oscuridad y aceptarla, que sin ella no sería capaz de apreciar los momentos de luz, los lindos. Que respire, lo sienta y lo deje pasar.

Después de escuchar la voz me siento un poco mejor, aunque no deja de doler, ya no es tan desesperanzador. Creo que ahora entiendo, que el ejercicio de la vida consiste no sólo en amarse en los momento en los uno más contento está, sino también en esos otros, en donde la luz no se anima a brillar. Que en definitiva, esta es una oportunidad más para amarme y aceptarme, tanto en mis luces como en mis oscuridades.