La depresión se apodera de ti silenciosamente, tienes problemas cosas pequeñas y simples, pero simplemente las ignoras.

Es como un gran dolor de cabeza, te dices constantemente que va a pasar y que es sólo un mal día, Pero no lo es, estás atascado en ese círculo de desesperación y tristeza y nunca sabes cuándo va a terminar.
Te acostumbras a fingir una sonrisa e interés en cosas que no te importan en lo más mínimo y vivir entre los demás porque es lo que tienes que hacer, después de todo el ser humano es un “ser social” pfff.
Pero el problema no desaparece, te esfuerzas en aparentar estar bien todos los días, sin embargo cada vez es más difícil.
Comienzas a caer más profundo, y empiezas a alejarte de amigos y familia, a veces, ignorándolos las 24 horas.
Toda satisfacción desaparece, Las cosas que solían hacerte feliz, ya no te importan en lo más mínimo.
Incluso, las cosas simples se vuelven dolorosas, la más simple de las tareas se vuelve un martirio, por eso, es que no tienes motivación.
Todo esto te hace sentir incluso peor, y te ves atrapado atrapado en un círculo vicioso.
De pronto, te das cuenta que estás viviendo en cámara lenta.
Sientes que nunca volverás a ser feliz y sonreír genuinamente, sigues alejándote y destruyendo relaciones.
Te apena lo que hiciste y lo que no, Hay una parte tuya que quiere arreglar las cosas…un impulso repentino que te hace querer salir y conocer personas, pero no dura mucho porque sabes que no va funcionar.
Otro fracaso no es una opción… así que eliges estar solo, donde te sientes seguro, donde nadie te hace preguntas.
La baja autoestima y la falta de propósito se vuelven insoportables.
Finalmente te das cuenta que no puedes continuar así y sucede una de dos cosas:
O buscas ayuda y sales adelante; o terminas suicidándote.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS