Que tu blanca cresta

derrame el azul

de las aguas primeras

testigos de sal,

ausentes de grises,

enlutadas mareas.

Temida por vientos,

volada muy cerca

por alas de nieve

sobre tu grandeza,

esa que, golpe a golpe,

a tierra regresa.

Vuelve a rugir

con tu blanca cresta

derramando el azul

de las aguas primeras.

Mas, recuerda:

aunque bravía,

por siglos surcada,

entre mareas arropada,

a tierra regresas,

arena queda,

sumisa,

callada,

serena.

Playa de Cala Millor, isla de Mallorca

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