Corazón de tierra, que me ves nacer,
entre sus risas solo lloré,
buscando consuelo con solo ver
el amargo brillo del sol.
Recordando tu voz, puedo admirar
el cielo teñido de gris,
respirando el fresco aroma.
Vuelvo a reír y en la pradera
danzando, escucho tu voz acercarse.
Avecinan tormentas dentro de mí,
y en la esencia de tu canto que veo hoy partir,
desvanecen aquí el sueño de una flor amada.
Veo mis hojas que desvanecen en la corriente del viento,
al mar de tus ojos que encierran tu llanto,
al escuchar que mi destino llegó a su fin.
Pero tu canto cubre mi nueva raíz,
y dentro de la viña se desvanece mi alma,
ya no pertenezco más a ti, corazón de tierra que me ves hoy partir.
A lo lejos, escuchando aún tu voz,
sé que se muere aún más nuestro amor.
Por eso, llévame viento a vivir,
llegué inesperadamente a ti.
Corazón de tierra, mi aroma logras percibir,
girando en el aire hacia ti,
y tú me sonríes mientras que yo muero.
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