Estaba un joven sentado en un velador carpa. Junto a él una rosa. Entre a pedir lo que le costó en ponerme la Coca Cola. Cuando salí no estaba, la rosa permanecía en la mesa. Me disponía hacerle una foto, cuando una niña la cogió y se fue con su padre la rosa se iba alejando con la niña y con miles de sueños de aquel joven plantado y sin raíces.
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