La revolución nace de los lazos solidarios.

De la conciencia, de la empatía, de la mirada hacia ambos lados.

La revolución nace del corazón porque se indigna con la injusticia.
Atropella el desorden y conquista con prisa.

La revolución se gesta en un vai vem de emociones,
enroscadas en desigualdad y abrazadas a los talones.

Los talones del poder, de la hegemonía prepotente,
que con desdén y sin piedad
muestra sus dientes.

Los talones de los principios mas capitalistas, los talones de las potencias, de las autoridades absolutistas.

La revolución es un grito de cambio. Es dolor y compasion.
La revolución es esperanza, es luz, y sobretodo Amor.

La revolución nace de la necesidad de romper estructuras. De quebrar en llanto, de desechar molduras.

La revolución es una crisis que necesita incluir voces,
y entre los miedos mas frecuentes, se encuentran los mas atroces.

La revolución crea desaparecidos. Crea resistencia. Crea hitos.

La revolución sangra pero esgrimiendo sus propios idealismos.

La revolución es la antítesis del silencio aceptado.
Es despertarse de un sueño al que se estaba acostumbrado.

La revolución comienza adentro, se canaliza en la piel y se ejecuta con el cuerpo.

Se ejecuta en la historia, en la sociedad, en el aire, en la tierra y se graba en el tiempo.

La revolución es el proceso de re adaptarse a las necesidades latentes.
Es el pánico del monopolio.
Es la locura hecha gente.

La revolución es animosidad. Compromiso, gritos, pasión insurgente.
La revolución somos nosotrxs hartos de irreverentes.

La revolución empieza por casa. Es una amiga, una madre, una hermana, una confidente.

La revolución soy yo mostrándote que la agonía puede cesar.
Te invito a que nos unamos para juntos revolucionar.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS