Tantos viajes, tantas rutas,
tantos coches en la calle,
tanta gente cruzando por la zenda,
tantos pasos apurados al mediodía,
tantos trenes a la misma hora,
tantos rostros esperando,
tantas miradas que se cruzan y se olvidan,
y coincidir por un momento,
un tren, dos palabras, tres canciones,
el corazón que estalla con los nervios,
y tu sonrisa provocando la mía.
Tantas letras, tantas melodías,
tantos gestos en sus caras,
tantos aromas de cafeterías,
y sin embargo el tuyo no se iba.
Como dos flores creciendo en cualquier tierra,
nos cruzamos ese mediodía,
esperando aquél tren que pronto nos alejaría.
Séptimo vagón y seis paradas,
coincidir por minutos con tus ojos,
el recuerdo que siempre queda,
poco tiempo y tan intenso,
como dos flores creciendo en cualquier tierra,
nos cruzamos ese mediodía.
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