¿Equivocado estoy al amarla?

¿He cometido el desatino

De elegirla como mi amada?

Sucumbo ante pensares del destino,

Declino ante los desperfectos

Que me depara mi camino,

Haciendo ahínco por encaminarme a aquella rosa,

A sabiendas de mi inconcebible incertidumbre,

Distar un poco menos fue mi cumbre,

Pero ahora no puedo ni tomar de la belleza que rebosa.

Desde las sombras vuelvo a atisbar

El fino y elegante meneo

De sus hojas y pétalos, sólo veo

Cómo hacen de mi vida y el frío algo dispar.

Sé que no fue un error,

Aún puedo endulzar este trago amargo con su miel,

Puedo admirar todo un paisaje, sin horror,

Embellecido por sus campos de piel

Donde brotan árboles de flores

Danzantes de boreales colores.

Aunque mi cercanía moleste

Pedirme desamparo eterno

De esa delicada mariposa,

De entre todas, la más hermosa,

Es obligar al sol a no salir más por el este,

Es darles a las piedras un dolor sempiterno,

Es hacer de mí, un violín sin arco,

Un navegante sin su barco,

Un ave sin alas, sin voz,

Un capullo sin su oruga,

Un libro sin palabras,

Un cascarón atroz,

Como un ángel sin su gracia.

¿Por qué sigo viendo este enredo?

Quisiera acercarme,

Quisiera dejar de alejarme.

¿Cómo puedo ser la abeja

Que visite cada día a esta flor tan dichosa?

¿Qué puedo intentar hacer si me deja

Demostrarle que la nada puede ser cualquier cosa?

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS