No te alcanzo, no toco tu destreza, te admiro, eres el camino que marca mi deseo, mi petición consciente.
Te busco en otros ojos y mi desdicha aumenta al verte en la lejanía de lo perfecto, observante, calmada, limpia.
Espero que me mires con dulzura y me empapan las lágrimas de la desesperación, me miro pequeña, tímida y sólo me devuelves esperanza.
Siempre apareces templada, armoniosa, entre las estrellas brillante, y en el sueño genial que te añoro, te sigo escribiendo.
Eres la capa que envuelve mi cuerpo y mi alma cuando no soy yo, cuando sé que sólo contigo puedo sobrevivirme.
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