[…]Me dejo esperando 10 minutos, cuando estaba a punto de levantarme llegó, sin saludar ni disculparse por el atraso dijo “Sabes, no es la primera carta que te escribo pero si la primera que te entrego. [Dijo entre lágrimas mientras se la daba] Estoy consciente de mis errores y el dolor que te cause con el fin de esta relación. No soy el único culpable de nuestro fracaso, pero si el culpable de entregarte cada hora cada minuto y segundo de mi vida durante veinte años, agradezco tu presencia esta tarde y entiendo que decidas no hablarme, te agradezco también por tu atención y de adelanto por tu comprensión.” Entonces me pregunte a que quería llegar con esta reunión y continuo hablando pero esta vez se escuchaba más seguro y fuerte; lo observe fijamente mientras decía “Sé que nunca ha sido de tu agrado mi forma sofisticada de hablar ni mis palabras rebuscadas, por esa razón intento no hablar de ese modo, intentare ser breve, debes saber que en una semana será un año de nuestra separación, sin embargo hace un par de semanas me encontraba sentado en mi sala y te recordé no es que antes no lo haya hecho es que esta vez fue real ¡tu imagen fue viva! podría decir que sentí tus finas y largas manos acariciando mi cabello como solías hacerlo durante horas mientras me leías tus cuentos, aquellos cuentos que me llenaban de vida con esa intriga de saber que sigue, y tus ojos tus bellos y oscuros ojos me había preguntado durante años porque me gustaban tanto, no hablemos de tu boca, aquellos perfectos labios, tan rosados tan definidos ni el mejor pintor logro copiarlos a exactitud por su compleja y sencilla forma de ser, pasaría mil horas hablando de tus bellos rasgos amada varias horas” lo interrumpí insistiéndole que me diga cuál es su punto o para que me situó esa tarde, entonces muy triste susurro “lo lamento pero solo quería recalcarte que aun que tú ya hiciste tu vida y me has dejado atrás yo sigo enamorado de ti, tanto como el primer día que te vi porque supe que eres diferente que no eres solo una cara bonita pero veo que no puedo recuperar todo lo que fuimos, nunca más” llore, desconsoladamente al ver que lagrimas caían recorriendo su rostro, me levante y salí rápidamente del segundo piso del restaurante en el que nos encontrábamos, completamente solos, no me siguió lo cual no me extraña, lo conozco desde que es muy joven y cuando se siente realmente mal no se mueve, como mucho respira…
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