Si fuiste aquel cuyas palmas tibias rodeaban unas mejillas para decir «Te quiero»
Con la mirada fija en esos ojos tristes, tan sencillo lo reitero
El caballero de consciencia y cazador de lo que ha conquistado
Aquel ente, tú, que enredas tus dedos en el sedoso pelo ondulado
Y que cosechas abrazos con los templos posados al pecho
Cuyos bombeos rebotan un eco que sube a chocar el techo
Atomizas la ternura que ha de esparcirse en su presencia
Otras tantas tu erotismo es impudica incandescencia
Pero si ha de lastimarse el objetivo, que sea con espinas de flores rojas
Qué si algo ha de marchitarse o morir de girasoles sean las hojas
No es requisito que articulaciones inferiores se flexionen y al piso toquen
Ni exigencia es que las cuerdas vocales al dios de la lluvia invoquen
Más sin embargo que surtan amarillas lágrimas de los dulces cantos
A que con frialdad se hagan mares de azules y amargos llantos
Febrero 2019
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