Extracto de la lección El punto de vista, cedido por Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja a la Fundación Escritura(s) para ser leído en el Club de escritura.
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Call me Ishmael
Herman Melville, Moby Dick
Dice el refrán que las cosas son del cristal con que se mira. Es algo tan indiscutible que no vamos a detenernos a demostrarlo, basta con que te pongas unas gafas de sol para que veas la diferencia entre ver el mundo sin cristal o a través de él. Aunque sean muy buenas y apenas cambien el color de la realidad, verás como ensombrecen un poco los tonos, los colores, como hacen que disminuya la luz que entra en tus ojos.
Cuando leemos tenemos siempre ese mismo filtro, que es no tanto el del escritor como el del narrador. Un buen escritor será siempre invisible, no así su narrador, porque es quién relata los hechos de la historia. Por eso es importantísimo elegir bien el narrador que le conviene a nuestra historia, y por la misma razón muchos de los grandes relatos que conocemos lo son por el acierto del escritor a la hora de elegir el narrador adecuado para lograr el efecto que querían provocar en el lector.
Tampoco voy a mentirte a estas alturas. Lo importante sobre todo es la historia, y soy de los que opinan que el narrador debe ser aquél que permita que esta fluya con la mayor facilidad y claridad. Pero a lo largo del siglo XX se le ha dado mucha importancia al narrador, casi más que a la historia en sí, y por eso los estudios sobre el narrador y el punto de vista se han hecho omnipresentes y no hay taller de escritura creativa que no esté obligado a pasar por ellos. En realidad es un reflejo del cambio de mentalidad que la evolución tecnológica a traído a nuestras vidas, sólo la revolución originada en la Teoría de la Relatividad nos permite imaginar lo diferentes que son las cosas dependiendo de quién las cuente.
El narrador es la voz de una historia, a través de él tiene que llegarnos todos los sucesos y a través de él se configurará la visión del lector. Eso es inapelable. Hay muchos tipos de narradores, pero en estas dos lecciones vamos a ver a los dos tipos fundamentales: los internos a la historia y los externos a la historia.
Escribiremos aquí de lo internos, esto es, los que están incluidos dentro de la historia, ya sea como protagonista o como secundarios.
Todos nos hemos visto alguna vez en una situación parecida . Alguien que cuenta una historia y, cuando alguien le pregunta cómo ha llegado a su conocimiento, el que la contaba contesta: “Yo estaba allí”, o “Lo vi con mis propios ojos”. Así gana la confianza de los que escuchan con un argumento de autoridad, porque él es un testigo.
Este es uno de los tipos de narradores más frecuentes, el conocido como narrador testigo. Se trata de uno de los personajes de la historia, pero no del protagonista de los hechos, lo normal es que se trate de un secundario, alguien que permanece cerca del protagonista y por eso nos puede contar los hechos que sucedieron. Es, por tanto, un personaje que se mantiene en los límites de la acción, puede dar más o menos información sobre sí mismo, pero sobre todo nos cuenta las andanzas del héroe.
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Otro de los métodos más usados en medio de un conversación para ser creído es el “A mi me pasó”, con sus múltiples variantes. Contar lo que nos ha sucedido es otra manera de convencer al oyente de que lo que contamos es real. Entonces nos enfrentamos a un narrador protagonista. No sólo está dentro de la historia, sino que es el centro de la misma.
Cuando nos enfrentamos a un narrador protagonista hay que tener siempre en cuenta que toda la historia pasa a través de él. Con sus propias palabras nos cuenta qué hace, qué dice, qué piensa, qué siente y qué observa. Por lo tanto se plantea una relación empática, de identificación, muy fuerte entre el lector y el narrador.
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El narrador interno en primera persona está dentro de la historia, por tanto la modifica y puede llegar a cambiarla si así le apetece. Es un amigo muy poco fiable. Pero merece la pena echarse un cafecillo con él.
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