Haya de la Torre, ejemplo de diplomacia y más

Hoy, estoy a punto de terminar un libro, es una recopilación de Víctor Raúl Haya de la Torre en 40 reportajes. Ha sido una fuente de inspiración y reflexión ya que este hombre se hizo conocido por no rendirse ante las adversidades que enfrentaba él y su partido, y trabajar contra viento y marea para influir con su ideología y hacer del APRA lo que fue y lo que es.

Entre los medios escritos que uno puede resaltar en el libro, se encuentran revistas de Argentina como La Crítica de Buenos Aires, cubana como Bohemia Libre, estadounidenses como Life (para latinoamérica), peruanas como Caretas y Oiga, revistas venezolanas y más. Es una recopilación rica en cuanto a distintos puntos de vista de cada editorial y la narración de aquellos cronistas o entrevistadores que son singulares en cada reportaje.

Es interesante saber que el APRA se inicia con una inspiración de la Reforma Universitaria que se da en la Universidad Nacional de Córdoba, en Argentina. He allí que Haya empezó a ver la educación de otra manera a la que en Perú estamos acostumbrados y justamente él, regresa para liderar la reforma en Perú y que también se expandió en otros países de ‘indoamérica’ – como Haya le gustaba llamar a Latinoamérica-. En una entrevista dijo que Córdoba era su madre, porque ayudo a formar su ideología.

El APRA se funda en México, como un partido reaccionario, o también como un partido de izquierda, pero tampoco era un agente de la Unión Soviética, siempre fue anticomunista y antiimperialista. Haya sostuvo que hay imperialismos de los dos lados, tanto de Rusia como de Estados Unidos. Apoyó a Fidel Castro antes de culminar la revolución pero luego de que el revolucionario cubano se declare marxista-leninista, Haya le marcó la cruz para siempre. Esto no quiere decir que sentía odio a los comunistas, pero no creía que el comunismo sea una alternativa para adoptar, pero si toleraba a quienes pensaban diferente. En Trujillo (su ciudad natal) tenía amigos anarquistas que él considera «grandes oradores«. Digamos que el líder aprista creía en la ‘tercera vía’.

En latinoamérica, en la década de 1920, era un misión suicida tratar de enfrentarse a las ideologías caudillistas solo con ideas, ya que sus enemigos siempre portaban armas. No trato de santificar el APRA, ya que también ha tenido sus errores, aunque Haya de la Torre, siempre dijo que él no tuvo nada que ver con aquellos asesinatos a Carlos Miróquesada Laos y su esposar, entre otros. Puede ser cierto, manejar un partido con una gran masa de gente, no es fácil, para nadie.

Los opositores son elementos indispensables en nuestra formación como expertos en aquello que deseamos realizar, por esto, es necesario saber tomar las mejores decisiones e intentar dialogar y no ser agresivo a la hora de expresarnos, se ve desagradable y por otro lado, muestra signos de nerviosismo ante la pérdida de control sobre lo que se debate.

Haya de la Torre tuvo que pasar 5 años de su vida en la embajada de Colombia de Lima, así, el General y presidente entonces, Manuel Odría (dictador por violar la constitución) no iba arrestarlo. Haya vivió más de 30 años tratando de mantener con vida al APRA, ya que era un tiempo de máxima fuerza bruta en el Perú con caudillos que atentaban la vida de quienes pensaban diferente.

La salida del poder del General Odría, fue un descenlace tranquilo y lo que sorprendió es qué para el período de gobierno constitucional de Belaúnde Terry, el APRA hizo alianza con el partido Odriísta y sobre todo, Haya de la Torre afirmó mantener una cierta amistad con el General por medio de asuntos políticos. Es un hecho de que el líder del partido aprista, sabía que tener reconres no lo lleva a nada.

Actualmente (2019) es increíble como el APRA ha sido ‘satanizado‘ por muchos, y razones no faltan, luego de un primer gobierno terrible de Alán García, y sobre todo sus congresistas que hoy, manejan a su regalado antojo a la bancada de Fuerza Popular, partido de Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori Fujimori.

Creo que si un cristiano practicante, antes de realizar una acción se pregunta «¿Qué haría Jesús en este caso?», un verdadero aprista debería preguntarse «¿Qué haría Víctor Raúl Haya de la Torre en este caso?».