EREBOS
En un marco de la puerta, la luz apenas salía por los recovecos. Se filtraba un aire vacío y una entidad enorme. En el suelo se visualizaba el pequeño reflejo amarillento de la luz, y podía verse hasta el fondo del pasillo.Una paranoia constante podía sentirse cuando el corazón palpitaba. Sientes como si alguien estuviese vigilándolo desde el marco de la puerta la habitación. Así eran todas las noches luego de acostarse y apagar la luz.Todas las noches hacía presencia aquella sombra negra que miraba con sus grandes manos puntiagudas en el contorno de la puerta. Es un muerto, un familiar o solo un ente que quiere dar un mensaje. Quiere robar la luz de tu cuerpo y alma hasta succionar todo tu ser.
Suele mirar con su vista penetradora y te hace surgir una paranoia constante.Cada noche que te visita, te admira, te observa y se come tus miedos y tu luz. Quieren que las guíes en sus caminos, pero no eres el indicado, solo sufres con verla y no puedes ayudar.Te quedas inmóvil otra noche. Sintiendo la presencia que resalta desde tu puerta. Ves otra vez la sombra difuminada que se aleja al mirarla. Sueles oír pequeños arañazos. Un pequeño cosquilleo que recorre tu espalda y a la vez tu mente. Se te adormecen los músculos queriendo voltearte para ver si hay alguien. Pero al voltearte solo te sigues volteando, creyendo que el ente se ha alejado al otro lado. Es como un objeto que sientes que esta pegado a ti y por más que lo busques en tu espalda, se corre hacia tu lado derecho o izquierdo.Sientes el cosquilleo, la espalda dormida, un palpitar de tu corazón fuerte. Solo quieres que se haga de día para poder despertar con calma. Te entra la histeria, el sufrimiento, los pensamientos negativos. Ya no quieres más.Ahora te consultas a ti mismo si aquella sombra quiere darte un mensaje o quiere succionar tu luz, nuevamente. Te cuestionas sobre la credibilidad, sobre la mitología, sobre la esencia, la energía y un montón de cosas que nunca has creído. Te pones a investigar sobre el asunto y mientras más lees descubres que no eres el único al que le ha pasado. “Los seres sombras”Mientras más indagas, te das cuenta que muchos han visto entes amorfos, algunas columnas de humo negro saliendo entre sus objetos más valiosos, pero no sabes que pensar. Todo esto lo lees por la noche, acurrucado, temeroso y con el corazón y presión alta. Solo quieres que acabe la sensación de estar siendo vigilado, esa sensación de que algo malo te asecha y que acabará pronto con tu vida. Pero claro, también lees que estos entes pueden alejarse. Que solo son energías negativas, incluso que pueden provenir desde tu mismo cuerpo.Al destapar tu rostro de las sabanas, ves como la sombra, que es delgada, más negra que la propia oscuridad y con el rostro oculto entre la pared, mueve su mano por el suelo. Desaparece en cosa de segundos. Tu corazón palpita demasiado fuerte, creyendo que es el fin. Sientes una parálisis, que el cuerpo no funciona lo suficientemente bien. Que tus manos no pueden taparte con las sabanas una vez más. Tus ojos se desorbitan mirando entre la oscuridad y la luz que se reflejaba en el suelo solo se transforma en un espacio negro y vacío. El silencio deja oírse. Pones atención a cada sonido que siempre oyes por las noches, pero te das cuenta que ni tu mascota está ladrando. Comienzas a sentir tu cuerpo arder. Una extraña sensación que no sabes cómo describir, como si tu cuerpo no estuviera conectado a tu alma. La parálisis deja de habitar en lo profundo. Puedes mover tus manos una vez más, tu lengua deja de tener cosquilleo, tu garganta puede provocar sonidos. Ves como lentamente la puerta se comienza a abrir. La extraña silueta que podías ver por tu puerta, comenzaba a tomar forma desde los pies de la cama. Estaba más densa. Era más describible pero tenía menos palabras para profundizar en que era lo que estaba viendo realmente. A pesar de su oscuridad, no eran demonios, o eso has leído alguna vez por allí. Pero este caso era distinto. Aquella sombra negra que veías una vez en el contorno de tu puerta, al asomarse en los pies de tu cama, sus ojos se volvían rojos y su cuerpo menos palpable. La puerta volvía a abrirse lentamente, la confusión o resentimiento podía olerse a distancia. Otra sombra más podía verse recorrer el marco de la puerta. Esta vez nacía de la oscuridad misma. Dos entes y sombras negras se veían frente a tus ojos. Entras en pánico, te entra un temor inolvidable, sientes que todo se va a acabar otra vez. No puedes tener pensamientos positivos, crees que tu familia morirá, que tus mascotas están muertas o que todo lo que te rodea ya no está. Tu habitación deja de ser habitación, solo pasa a ser parte de un escenario a la que tu mente le presta atención. Durante algunos minutos, las dos sombras comenzaron a pararse lentamente. La que está en los pies de tu cama te mira tratando de acecharte. Y la que está en el contorno de tu puerta solo te mira fijamente, tratando de entregarte un mensaje. Sientes como se adormecen tus músculos otra vez. Temes a que te paralices de nuevo, perono piensas y solo actúas. Te levantas de tu cama rápidamente para encender las luces de tu habitación. Las dos sombras hacen un efecto de un dibujo difuminado, y la luz es encendida.Pudiste encender la luz. Gritas fuertemente el nombre de algún miembro de tu familia, pero nadie se despierta. Solo sientes tus gritos e histeria. Te das cuentas que ni tus mascotas vienen a verte. Caminas por el pasillo lentamente, ya con luz encendida, golpeas la puerta de la habitación de uno de tus hermanos. Al abrirla, la luz se encuentra apagada. Ves otra sombra en el cuerpo de tu hermano, tratando de alimentarse de su cuerpo.Al encender la luz vez un escenario horrible. Todo esta vestido de rojo. Sientes una parálisis descontrolada, solo quieres gritar o tumbarte al suelo. Ves como la sangre cae en hilo desde la cama hasta el comienzo de la puerta. Las luces estallan dando consigo una pequeña sombra que se afirmaba desde el techo de la habitación de tu hermano. Gritas por histeria, dolor o pena, tratando de despertar a todos en tu hogar. Sigues caminando pensando por qué nadie despierta. Entras a la habitación de tu madre cuando te das cuentas que debajo de la puerta recorre un hilo rojo. Abres fuertemente la puerta encontrándote con una sombra que succionaba algo. Gritas de sufrimiento. Enciendes la luz y te sientes observado desde la lejanía. Ves a tu madre tumbada en el suelo totalmente herida y lesionada, con un herida en su estómago. Gritas de furia consultándole a las sombras que quieren de ti. Pero el silencio es el único que te responde junto a la paranoia. Quieres encender todas las luces de tu hogar, incluyendo las que nunca son encendidas. Tratas de ahuyentar a las sombras o entes de todas las maneras existentes posibles. Pero nada funciona a tu manera. Las luces comienzan a estallar una en una. Sientes un cosquilleo en tu espalda, miras hacia todos lados, pero al darte vuelta solo te encuentras con un rostro negro y ojos rojos. Te mira cara a cara, mostrándote el rojo intenso que lo compone. Te quedas hipnotizado en su ser, adentrándote en él. Sientes una sensación rara en tu cuerpo. Algo no está bien. Ves que la sombra te succiona tu luz interior. Sientes tu último aliento salir por tu boca. Parpadeas y bostezas. Ya es de mañana.
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