«Mis vidas anteriores»

«Mis vidas anteriores»

Charlywan Garcia

18/03/2017

Quisiera contaros los pormenores,

de «Mis vidas anteriores».

Por desgracia o por suerte,

recuerdos de los días de mis muertes.

Una especie ficticia de calendario,

divertido, funebre e imaginario.

De cuando me devoró «Simba» el león,

en las selvas del África profundo.

Avaricioso pirata en un galeón,

por esos mares de todo el mundo.

O aquél bebe poco amado y desnutrido,

que abandonarón recien nacido.

Apurando un vaso de mal de amores,

en un garito embrujado de licores.

Apadrinado en un amañado duelo,

con polvora mojada en los suelos.

Corneado por un toro manso,

en la arena del ruedo descanso.

También una vez mi vida acabé,

asaeteado con una flecha y disparé.

Una lozana y fresca rosa,

con espinas tuberculosas.

«Vidas anteriores»

Primera vida.

Muerte entre las flores.

Recuerdo la primera vida que viví

y la manera en la que morí.

De una forma vagamente,

son retazos en mi mente.

(Tan solo recuerdo los días…

En los que me moría)

En una selva y su espesura,

en la aldea, que hermosura.

Mi madre me mando un día,

a por agua a la lejanía.

Salí fumando tranquilamente,

en dirección a aquella fuente.

En mitad del aquel camino,

escuche un fuerte rugido,

de un enorme felino.

Tiré muy lejos la cachimba,

pues se trataba de «Simba».

Y me dije…¡de esta no salgo!

Corriendo mas que un galgo.

Note que me alcanzaba.

Sus garras me sujetaban.

Lo último que yo sentí,

fue su aliento cerca de mi.

El león tranquilamente,

sediento se acerco al torrente

y ya saciado y descansado,

junto a su manada de leones

sintió unos retortijones.

En esa postura tan tradicional,

no necesito ni el orinal.

Mi madre se preguntaría..

¿Este niño donde andaría.

Segunda vida.

Abandonando el mundo.

Desde lo mas profundo.

Aquél iba a ser mi último día.

En mi larga vida de piratería.

Morir ahogado es terrible,

en está aventura increible.

Cuando tomamos aquél galeón,

cargado de mercancias muy caras.

Especias; Tejidos; Plata; Vino y Ron,

y muchísimas monedas doradas.

Rebuscando en barriles llenos de oro,

fue cuando de pronto los descubrí.

Lo más precioso de aquél tesoro.

¡Una preciosa gema y un rojo rubi.

(Y me dije…¡Esto pa mí)

El capitan, pirata golfo y pillo.

(Quería pasarme a cuchillo)

Pues al ser las gemas tan gordas,

desprendían mucho brillo.

Y fui condenado a saltar por la borda.

Atado y en la tabla del galeote,

Salté obligado al mar profundo.

Ya nunca más saldría a flote,

abandonando así éste mundo.

Tercera vida.

No entiendo como se puede,

tener una vida tan breve.

Pues en la tercera vida que viví,

nada más nacer…¡Me morí!

Solo recuerdo brevemente,

aquél tunel tan resplandeciente.

No estaba solo, había más gente.

Lo único que yo sentí…

Es que ya había estado allí.

Que al sentirme más iluminado…

¡Me encontraría al otro lado!

Entre llantos, frío y agonía,

y aquella madre que no me quería…

Note como poco a poco me moría.

Pienso que hay que tener mala suerte.

Que al nacer te cruces con la muerte.

«Vidas anteriores»

Cuarta vida

«La Pócima del Olvido»

En está vida fui envenenado.

Por un brebaje para enamorados.

Me llevó hasta aquel garito,

un mal de amores maldito.

Trataría con alcohol curar,

lo que duele el verbo Amar.

Cuando no es correspondido.

Cuando está dolorido.

¿Qué le pongo de beber?

(Me pregunta la camarera)

Algo que me calme esta rara sed.

Pero al verme de aquella manera,

puso en la mesa una botella,

de «Beber los vientos por ella»

Tenía sabor amargo y a olvido.

Pero todo el líquido me he bebido.

Ojalá pierda de un trago el sentido.

Señorita, por favor, otra ronda.

(La solicitó que me ponga)

Ella, sin hacerme ningún caso,

trajo de la barra dos vasos,

y sacó de debajo del mostrador,

una jarra de aquel extraño licor…

«Pócima contra el mal de Amor»

El elixir hacía mí ella empuja.

Mirando aquellos ojitos de bruja.

Brinda conmigo, amor hechizado.

Le invita ella a mi corazón curado.

En este garito encantado.

Amor mío…¿Que me has dado?

…¡Un brebaje envenenado!

Quinta vida.

«Polvora mojada»

Ocurrió en una vida pasada.

Por culpa de la mujer amada.

Por ella me retaron a duelo.

A elegir, pistola ó espada.

Tras los pasos de cortesía,

apunte mi arma de forma fría.

¿Porqué ésa sonrisa en su cara?

Si mi arma es la que dispara.

De pronto, me vi en el suelo.

¡Pero si yo disparé el primero!

¿Que fallará, yo no creo?

Fue estando allí tumbado,

con un pie al otro lado.

Supe que había sido engañado.

Aquella mujer, querida y malvada…

Cargó mi arma con polvora mojada.

Antes de dar mi último suspiro,

escuche el sonido de otro tiro.

Vida Sexta.

Herido en una corrida de fiestas.

Aquí donde me ves…

Queria ser «El Cordobes»

«Aficionado»

Yo quería ser Torero.

Dar la vuelta al ruedo.

Empezar de maletilla

hasta cortarme la coletilla.

Ya desde muy pequeño

le ponía mucho empeño.

Daba pases por naturales,

a las cabras en los corrales.

Por citar a las gallinas

me denuncio una vecina.

Con mis bártulos en un hatillo,

me meti en éste mundillo.

Me colaba saltando vallas,

en busca de reses bravas.

Tome por fín la alternativa,

en una tarde de corridas.

Pero ése día un morlaco,

me revolco como a un saco.

Tras un pase de pecho

me dejo todo maltrecho.

Sentí una cornada que dolía,

cuando poco a poco…moría.

¡Vamos, que me dejo seco!

Asi que, torea tú si eso.

Que yo quiero ser torero,

pero detras burladero.

Vida Siete.

Cazado en las llanuras.

Por un piel roja con plumas.

Iba a caballo, a marcha muy lenta.

Por montes del Oeste Americano.

Se acercaba una gran tormenta.

Yo, con mi revolver en la mano.

Pues los comanches se escondían,

los vi hace ya un buen rato.

Supe que ellos me perseguían,

como a un ratón los gatos.

No me espera nada bueno.

(Susurre detrás de mi pañuelo)

Pues estaba en su terreno,

y no era muy buen pistolero.

Ví a uno. Lanzándose hacía a mí derecho.

Pero cuando trato de disparar…

Siento un impacto en el pecho…

Y una flecha que me acaba de traspasar.

Caigo del caballo mareado…

Agonizando en el suelo y entre brumas.

Mi pistola se ha disparado….

Hiriendo de muerte a un tipo con plumas.

Vida Ocho.

En aquella época oscura y fría.

Campeaban las enfermedades,

llevándose la muerte cada día,

a la mayoría de los mortales.

Mi nombre era Rosalía.

A mis quince primaveras,

hacia ya varios meses que tosia,

sin saber muy bien porqué era.

Ahora yacía débil en el lecho.

Con mis familiares a mi lado.

¡Aquél dolor en mi pecho!

Tenía a todos muy preocupados.

En los blancos paños se podía ver,

aquellos sangrientos colores,

que se dibujan al toser,

en mis compulsivos estertores.

Cubría yo mi boca con la manta.

Intentando acallar mi llanto.

Pero se me obstruía la garganta….

¡Me espera el destino en el Campo Santo!

Vida Nueve.

En aquella ocasión atraquè…

¡¡A Jesús de Nazaret!!

¡¡Esto es un atraco!!

(Grite cuando era un caco)

¡..Ponte contra la pared….

¡¡Huy!!…Pero si es…¡¡Jesús de Nazaret!!

(Y le dije en la misma esquina)…

¡¡Estoooo!!..Te cambio mi antifaz…

¡¡Por tu corona de espinas!!

Calmado contesto…¡¡Trato hecho!!

Toma también mi herida del pecho…

y esta cruz hecha de palo….¡¡De regaló!!

Apareció un romano legionario…

¡¡El de la cruz!!…¡¡Al calvario!!

(Como pesaba el madero)…

¡¡Yo no soy el Nazareno!!

¡¡Calla y anda condenado!!…

¡¡Vas a ser crucificado!!

Y ahora, aquí muero…¡¡Clavado!!

Con un caco a cada lado…

¿Dónde está el enmascarado?

Vida Díez.

Recuerdo que en mi pasado,

recorría andando los caminos.

Siempre con mi perro al lado,

en busca de ningún destino.

Muchas veces iba acompañado,

por peregrinos o por gitanos.

Me daban noticias de otras aldeas.

Leyendas, cuentos y relatos,

batallas, desamores e ideas,

que yo escuchaba para pasar el rato.

Historias de mas allá de las fronteras,

para luego yo contarlas a mi manera.

Fui trovador, cuentacuentos y poeta.

De pueblo en pueblo yo relataba,

mientras el gentio me escuchaba.

Por un plato comida, un camastro,

por unas pocas monedas, les canto,

mis andanzas sin dejar luego rastro.

Pues nunca he sido ningún santo.

He tenido más de un percance,

por recitar en más de una ocasión,

algunos de mis eroticos romances,

en alguna descuidada habitación.

Huyendo con mi perro y mi hatillo,

de maridos celosos y usureros,

vendiendo cuentos y chascarrillos,

por unos pocos de dineros.

Relatando siempre lo que siento,

mis poemas a los Cuatro Vientos.

Creador de poesías y versos de amor,

asesinado murió éste trovador.

Tirado en un lado del camino,

apuñalado por un marido asesino.

Ése fue su fatidico destino.

Vida Once.

Yo siempre pintaba sonrisas,

en la cara de los retratos.

Siempre iba con prisas,

riendome todo el rato.

Sonreía constantemente.

Por una caida o un tropezón.

Por burlarme de la gente,

(Me lleve más de un pescozón)

Cuando alguien se equivocaba,

o cometía algún error.

Yo con gracia lo imitaba,

con mucho arte y buen humor.

Mis bromas agudas y chistosas,

generalmente muy jocosas,

hacían que yo me aguantará,

más de una risotada.

En la Iglesia, orando a Jesucristo.

Me dio un ataque de risa.

Creó que me castigo el Altísimo.

Pues fallecí en la mitad de la misa.

Vida Doce.

Muerte entre bastidores.

Tengo un recuerdo,

de una de mis muertes.

Si la cuento me pierdo.

(Es un poco fuerte).

Se anunciaba en el cartel,

¡Una buena actuación!

Estaba lleno el burdel,

al empezar la función.

Citas en ramos de rosas.

Bailarinas en paños menores

Miradas avidas y ansiosas,

en todos los señores.

Esperando de modo ansioso

que saliera a la pista,

aquél rostro tan hermoso,

que tenía la protagonista.

Se silencio la orquesta…

Tardo en abrir el telón…

¡Salí yo toda dispuesta!

A tocarles el corazón…

Las luces me acariciaban,

al compás de mi presencia.

Todos aplaudían y silbaban.

(Me daba miedo esa audiencia)

Misivas de proposiciones.

Ojos ávidos , sucios dientes.

Regalos con intenciones,

de acalorados clientes.

De pronto un admirador,

me abraza con lujuria.

Al no corresponder a su ardor.

Me apuñala con furia.

Función de sangre y amor,

en un escenario escarlata.

Canta triste un trovador.

Mientras está historia relata.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS