Me faltaría ______ para ser feliz, así comienza todo… primero nos conformamos con un balde y poder cargarlo con arena, luego con hacer un castillo, pasamos a querer un cuatriciclo o mejor una 4×4 para ya no caminar en la arena, que mejor que tener una casa en la zona costera, mejor dos, así podemos invitar a los amigos y familia, después queremos un yate, porque ya no nos alcanza con el agua a la cintura y nadar unos tramos, mejor ir al medio del mar.
Cuando nos encontramos en la inmensidad y reflexionamos que estamos demasiados solos, tendemos a llenar el vacío con la frase: “tengamos hijos”, pero ahí no acaba lo que nos “Faltaría” para sentirnos plenos… Que bueno sería los hijos nos traigan nietos, ¡Que lindo si alguno sigue los pasos de sus abuelos! y vuelve la reflexión pero ya con un dejo de angustia reprimida por los años perdidos en condicionamientos sociales…¡que bueno si tuviésemos 20 años otra vez! haríamos todo diferente, ¿De que me sirve el yate, si ya no veo para conducirlo? y mi casa en la costa se llenó de humedad, mi arenero lo robaron y lo único que quiero, es poder tener las fuerzas para levantar mi balde de arena, caminar unos pasos en la playa y sentir la plenitud de mis manos ágiles y jóvenes llena de fuerzas y deseos… Nos vamos perdiendo en un escalón más arriba cuando lo único que queremos ya lo tenemos…
El amor no se compra, la felicidad tampoco y la libertad es una elección no una condición.
Información de la fotografía:
Ph Diego Losada
Locación:Mar azul costa atlántica Argentina.
Modelos: Karina Volker y Meri Sanchez.
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