Una gota cayó en su cabeza, pero ella no pudo ver nada. Solo la sintió bajar por su frente, hasta su cuello, y luego por su cuerpo desnudo. Sus senos seguían empapados después de la ducha.
Vio hacia arriba. Al techo. Al foco que ahora brillaba con luz amarilla sobre su cuerpo. Parpadeo. La chica cerró los ojos. Y el foco explotó.
La chica al escucharlo levantó la mano y se protegió de los pedacitos de vidrio que volaron hasta su cara. Todos y cada que se clavaron en su antebrazo. Perdió el equilibrio. Su pie se resbaló en el viscoso piso y cayó directo a la canilla de agua, despegandola de su lugar. El agua salió en chorros desde la pared , cayendo sobre su cuerpo. Y un rotundo sonido reverberó en las paredes hasta sus orejas que estallaron como burbujas.
Y entonces, ella se desmayo y todo lo que paso, se borró de sus sentidos.
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La chica se levantó y de lo primero que se dio cuenta, es que todo estaba oscuro. Ni siquiera un chispazo del foco roto o una luz por debajo de la puerta se apiadaron de sus ojos dilatados.
Su cabello estaba pesado. Las gotas que caían de sus mechones sueltos, eran sólo ecos para ella. Nada podía ver ;pero toda la oscuridad se sentía helada como la nieve, y eso le hacía sentir como si hubiera visto al peor de los monstruos.
Estiró las manos y las piernas. Recordaba el ruido de la canilla cayendo al suelo. Pero no la encontró a pesar de sus intentos. Palpo sus piernas, y no sintió heridas. Se palpo el brazo. Ya no sangraba.
Tenía un zumbido en el oído y una sensación horrible en el estómago. Apoyó la mano en el suelo para levantarse, pero al hacerlo, pedacitos de vidrio se clavaron en la palma de su mano. La chica siseo sacudiendo su mano mandando a volar a todo los pedacitos de cristal a algún lado.
—David. Ven a ayudarme por favor—
Pero nadie respondió.
Se levantó, pero no sin antes poner la mano en el suelo y correr a un lado cualquier pedazo de cristal que hubiese. Apoyo la primer pierna y después busco la pared a su lado para apoyarse. Pero solo agarro aire.
Volvió a intentar apoyarse en la pared, esta vez tirando el cuerpo hacia la derecha para tener más alcance. Pero volvió a agarrar aire. Casi por reflejo miro la pared para ver qué tan cerca estaba. Pero con lo único que se encontró fue con un negro tan negro que cuando metia la mano ahí, no la sentía.
“Extraño” pensó.
—David, me puedes venir a ayudar? Se cortó la luz.
La chica esperó por unos segundos que alguien respondiera. Pero tras sentir y contar sus pálpitos, unos detrás de otro, sin sentir nada más que el frío aliento que le hacía temblar al cuerpo, se dio cuenta de que por lo menos , el no la escuchaba.
O eso pensó.
El ruido de una cosa arrastrándose apareció en la oscuridad. En la oscuridad lejana, como fuera de la habitación.
—¿David?
Nadie respondió. Lo único que hubo fue el sonido de algo viscoso, que no caminaba, sino que se arrastraba.
Usando su pierna como apoyo, se levantó. Los dolores de espalda pincharon en su riñones, pero no se volvió a caer.
—¿David?
Ella dio un paso al frente, a la oscuridad. Estiró la mano a un lado, para usar la pared como apoyo, pero no logro encontrarla.
Pero ella siguió caminando y a medida que caminaba, dejaba de escuchar.
Su mente se internó en la oscuridad. A pesar de tener las manos delante, sus pies seguían adelante. Dio dos paso, pero no sintió el lavabo. Dos pasos más y tampoco sintió el inodoro cerca de sus pies. Dos pasos.
“Ya debería haber tocado la puerta”
Pero no. Siguio y siguio. Movió su pie adelante, pero cuando iba a pisar, en lugar de tocar cerámica, sintió una cosa humedad debajo de sus pies. Una cosa pegajosa, que se pareció unir con su piel. Era densa, más que el agua. La chica se agacho para tocarla, y pasó dos dedo por su pie.
Respiro. La cosa no olia. Se la llevó a la boca y un sabor metálico se fue por su garganta.
“¿Sangre?”
La chica recordó que se había caído. Se tocó el brazo para ver si la heridas estaban abierta, pero solo sintió su piel seca.
“¿Qué está pasando?”
La cosa viscosa volvió a sonar, pero esta vez sonó a su derecha. Pero ella no vio nada. SOlo una oscuridad tan oscura como en la que estaba ahora.
Y de repente, una burbuja explotó. La cosa golpeo contra algo y la chica sacudió la cabeza para saber lo que era. Pero el sonido la envolvió. Era un eco que venía desde todas direcciones. La cosa volvió a golpear, pero esta vez más cerca.
La chica dio un paso atrás, pero luego sintió pisar más del piso húmedo y pegajoso.
Suspiro. La cosa volvió a golpear y el ruido esta vez fue claro. Estaba casi a su lado, pero no sabía donde. Miro a la derecha y a la izquierda sin saber que buscar.
—¿Qué está pasando?
La cosa volvió a golpear y la chica se giró hacia atrás. Pero justo en ese momento el sonido del golpe vino delante de ella. Se volvió a girar, y el sonido apareció de nuevo delante de ella.
Levantó las manos para protegerse. Pero entonces, la cosa golpeo sobre ella.
La chica se giró hacia todo lados. El sonido no dejaba de aparecer y desaparecer adonde sea que mirase. Levantó las manos y se puso los dedos en las orejas. Pero el sonido penetró y se adentro dentro de ella. Cerró los ojos. Y miro hacia ningún lado. Solo oscuridad.
Pero luego, algo parpadeo.
Una gota cayó en su cabeza, pero ella no pudo ver nada. Solo la sintió bajar por su frente, hasta su cuello, y luego por su cuerpo desnudo. Sus senos seguían empapados después de la ducha.
Vio hacia arriba. Al techo. Al foco que ahora brillaba con esa luz amarilla sobre su cuerpo. Parpadeo y de repente, el foco explotó.
La chica levantó la mano y se protegió de los pedacitos de vidrio que volaron hasta su cara. Todo y cada que se clavaron en su piel y la abrieron en montones de heridas que mancharon el suelo. Perdió el equilibrio. Su pie se resbaló en viscoso piso y cayó directo a la canilla de agua. Un sonido retumbante reverbero en la sala, mientras ella caía al suelo. Y el agua salio en chorros desde la pared, inundando todo el baño
Y entonces, ella se desmayo y todo lo que paso, se borró de sus sentidos.
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