Se necesita un golpe más fuerte para olvidarnos,
algo que no sólo separe nuestros cuerpos,
alguna pócima que también separé nuestras almas,
un brebaje, yagé, expectorante o vomitivo;
algo que nos corte la vista que nos miraba,
algo calcinante como una llama que nos vuelva ceniza,
algo tan mojado y ventarrón que acabe con esas cenizas;
necesitamos algo energético rayo que nos estaque,
algo ántrax ardor que nos explote,
algún gas sarín que nos disipe,
algún estallido implacable que nos suprima;
alguna sal de cueva que nos diseque,
algún metal esotérico que nos aplaste,
algún chorro de mercurio que nos emponzoñe;
se necesita brujería en la alquimia para que nos aparte,
menstruo de cabra que nos desmaye,
seda de Neptuno que nos sugestione;
se necesita espanto de cloro que nos rompa las narices,
agua ácida que nos desprenda,
lágrimas de oropéndola que nos asuste;
algo tan picante, químico, zafio, salitre,
metálico, esfinge, estilete, crudo,
inclemente, trueno, lipoide,
averno que nos disemine;
se necesita de algún cajón cinético que nos derroche,
alguna cripta que nos encierre,
alguna mezquita que nos prodiga,
alguna piedra cuarzo que nos aseste;
algo criminal cocaína que nos fusile,
algo gusano pandemia que nos ahogue,
algo estaca eléctrica que nos ajusticie;
se necesita una nigromántica que nos fatigue,
tierra de cementerio que nos atenúe,
limón con agujas que nos desnuque;
algo tan yermo espinoso que nos termine,
tan arsénico rata que nos asfixie,
algo tan adelfa, soldado, cercenado, oleandrina,
letal, quimérico, ricina, asesinato,
botulismo, cábala, ocultista;
se necesita de tiempo alcalinotérreo que nos disminuya,
de periódico boro que nos trace,
de polonio electronegativo que nos ione,
de una pulgada de astrofísica que nos mineralice;
carbón madera, cobre, mena, estaño,
aluminio, titanio,
horno que nos extraiga el núcleo;
se necesita fertilidad pagana que nos uperice,
aquelarre negro que nos sude,
una crisis del antiguo testamento que nos ensalme,
un mal de ojo que nos quiste;
tan Dante
que nos infierne,
tan renuncia
que nos satanice,
tan estirge
que nos absorba,
tan pena de muerte
que nos amilane;
se necesita de un cátaro que nos distienda,
de un antropófago que nos engulla,
de una metamorfosis gato negro que nos troque…
Y del olvido,
por si nada de eso resulta.
OPINIONES Y COMENTARIOS